viernes, 1 de octubre de 2010

90 años de historia y compromiso. (1º de Octubre 2010)




«No somos una secta ni un grupo escogido de conspiradores. Nacemos de la clase obrera y el pueblo, somos pues, hombres sencillos y alegres, amamos el pan y el vino, la alegría de vivir, las mujeres y los niños, la paz y la mano cordial del amigo, la guitarra y los cantos, las estrellas y las flores. No somos iracundos ni desarraigados, ni gente que pretende meter la vida en los zapatos estrechos de la ideología, como hacían con sus pies las antiguas mujeres chinas. Marx, nuestro maestro, recogió e hizo suya la frase de Terencio `Nada de lo humano me es ajeno´».

(Palabras de recibimiento de Rodney Arismendi al poeta y luchador comunista español Marcos Ana, que durante años aparecieron en los carnés de afiliados al PCU).


El avance de un pueblo en la construcción de su propia historia siempre genera algún tipo de respuesta de los sectores que quieren conservar su dominio sobre ese pueblo. Ejemplos hay a cientos y miles. Pero vayamos a algunos hoy día en nuestro país. La propuesta de eliminación de los efectos de la Ley de Caducidad que presentó la bancada del FA hizo que aparecieran públicamente los discursos de la doctrina de seguridad nacional. En una asamblea de las Fuerzas Armadas donde participaron integrantes de siete clubes y organizaciones sociales de retirados y activos, se acusó al gobierno nacional, presidido –según dijeronpor un «enemigo», de humillar a las Fuerzas Armadas y de tratar de «contar con fuerzas proclives al adversario». Desde luego rechazamos este discurso, improcedente desde el punto de vista constitucional, absolutamente antidemocrático y de claro contenido fascista. Tanto es así que desconoce que el Presidente de la República fue electo democráticamente por los uruguayos, y por si fuera poco ese desconocimiento, reivindica a los golpistas de las Fuerzas Armadas que sometieron al pueblo uruguayo a una dictadura de 11 años que tiene en su deshonroso haber muertes directas, desapariciones forzosas, exilios, clandestinidades impuestas y torturas tales que llevaron a situaciones irrecuperables de nobles patriotas, aberrantes conductas de las cuales algunos todavía viven sufriéndolas y otros han muerto como consecuencia de las mismas. Sin contar lo que también sufrieron muchos militantes clandestinos que resistieron y lograron enfrentar con dignidad la afrenta del fascismo desde su labor cotidiana en el país. ¡Ay, los políticos «tradicionales»! Más sutil es la táctica desarrollada por los representantes políticos de las clases dominantes durante este primer año de gestión del segundo gobierno del Frente Amplio. Sus acciones se despliegan en varios frentes con el claro objetivo de detener o deformar la profundización del programa del Frente Amplio. A través de sus líderes realizan un acercamiento discursivo al gobierno en lo que llaman «políticas de Estado», buscando insertar sus ideas en las definiciones de largo plazo. Las contradicciones se notan claramente cuando desde el Presupuesto se apunta a invertir en los sectores menos privilegiados y la oposición reclama que se deben hacer «ahorros». Ellos quieren que el espacio fiscal disponible se achique para así tener mayores reservas a las cuales poder recurrir en caso de que la crisis capitalista afecte sus intereses. Como forma de debilitar la base social del gobierno, caracterizan en forma continua a las organizaciones sociales y sus legítimos reclamos como «corporativistas». El argumento es que el Presidente que fue electo por la mayoría de la población no puede ser presionado por «grupos minoritarios». Y se refieren nada menos que a los sindicatos que según la historia que nos enorgullece reúnen a la inmensa mayoría de los trabajadores… ¿minorías???? Ellos quieren que nuestro gobierno asuma medidas represivas contra las formas de lucha de los trabajadores. Estos planteos provienen de los mismos que nos caracterizan como un «gobierno frenteamplista-corporativo» cuando desde el gobierno defendemos los derechos de los trabajadores. Sus continuas molestias por los resultados de las negociaciones colectivas los han llevado a hacer denuncias internacionales. Los uruguayos nos sentimos orgullosos y no es en vano, de tener una central de trabajadores con independencia de clase pero que no es prescindente de las acciones de los gobiernos. Desde siempre los trabajadores organizados se movilizaron contra las acciones que afectaban sus intereses sin dejar de hacer propuestas a los distintos gobiernos, tanto blancos como colorados o frenteamplistas. Que haya o no receptividad a las mismas sin duda es un tema de composición de clases. A nivel político partidario buscan generar un «chivo expiatorio»: el Partido Comunista. Intentan matrizar como verdad incuestionable que la acción del PCU es la respuesta a todos los males que le aquejan al gobierno, por su «dominio» del FA y los sindicatos. Esto no es más que la reedición del viejo argumento de que «la culpa la tienen los comunistas» (recordar a Peloduro es imprescindible), una falacia que nos ha acompañado desde la fundación del PCU. Las «bases de discusión del XXIX congreso» han recibido comentarios editoriales de la derecha. Les interesa resaltar nuestros análisis críticos de las gestiones de los gobiernos frenteamplistas y no nuestros reconocimientos a los profundos avances que se han realizado. Incluso hacen aparecer estas opiniones como si fueran «cuchilladas por la espalda» a nuestros compañeros. Los frenteamplistas –de mayor o menor trayectoria pero que nos conocen en la actividad militante- saben de nuestro profundo e histórico compromiso con la fuerza política y su programa. Las críticas insertas en las bases están planteadas en los organismos partidarios y recibirán tanto críticas como propuestas concretas. Sorprende que la semana pasada, varios medios le dieran tanta importancia a una caricatura del semanario. La caricatura política se basa en exagerar, en hacer una crítica irónica, en transgredir y nuestro país se ha caracterizado por tener excelentes humoristas gráficos que han llenado con su pluma los medios escritos (vaya si lo hacen a nuestra costa, y bienvenido el humor). Pero hacer de una caricatura un tema central de una supuesta crisis política obedece a falta de argumentos. Tal como lo demuestra el tratar de jugar «al teléfono descompuesto» entre el compañero Presidente y nosotros. Al decir de Arismendi «por ser profundamente uruguayos somos profundamente frenteamplistas». Estamos comprometidos hasta la médula con los destinos de nuestro pueblo y en esta semana en que en el Palacio Gastón Güelfi (Peñarol) festejamos nuestros 90 años de historia, recibimos los ataques de la derecha como un halago a nuestra concepción. Triste sería que nos preguntáramos «qué estarás haciendo viejo Bebel que hasta la derecha te aplaude». Son 90 años de historia y compromiso. Es un momento de festejo y compromiso; compartiremos con todos nuestros compañeros de militancia (comunistas, integrantes de la 1001, amigos frenteamplistas de todos los sectores y pueblo en general) la alegría de estar construyendo el cambio.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Propuestas para el Presupuesto necesario. (24 de Setiembre 2010)




La publicación de las Bases de Discusión del XXIX Congreso del PCU generaron la semana pasada varias páginas en los medios escritos. El propósito central en algunas de esas páginas parece tener la intención de enfrentar a los comunistas con el gobierno y su Presidente.


Interesante visión de los mismos medios que alertaban a través de sus editoriales, hace un año, de la peligrosidad de la alianza entre el MPP y el PCU. Era evidente que se brindara una visión parcializada de las bases frenteamplistas, por lo que es recomendable para opinar sobre las mismas referirse al texto completo (que se puede bajar en www.pcu.org.uy) El texto de las mencionadas bases de discusión, afirma que en «en un balance global la tendencia fue al avance en democracia, por la ampliación de derechos democráticos, particularmente de los trabajadores y por el mejoramiento de las condiciones de vida de cientos de miles de uruguayos. Sin embargo, la tendencia a la no resolución de la contradicción principal de la coyuntura entre país productivo con justicia social y profundización democrática o más dependencia, hace que el rumbo del proceso y su continuidad esté comprometido. El gobierno conquistado ha llevado a la práctica una política enormemente importante en aspectos que tienen que ver con la ampliación y profundización de la democracia tanto en los derechos sociales y sindicales, en la atención de la emergencia social, en los derechos humanos, etc. Sin embargo, la influencia de la ideología y accionar de las clases dominantes sobre el FA, producto de la escasa presencia de las posiciones de la clase obrera, se expresa en políticas que contradicen el programa. Así hoy está muy comprometida la posibilidad de un desarrollo independiente y soberano del Uruguay por la política económica ejercida y sus efectos secundarios». Vemos en ese ejemplo, cómo se reflejan las criticas al proyecto de Ley presupuestal presentado por el Poder Ejecutivo. Valoramos en primera instancia su crecimiento respecto del quinquenio pasado (un 18 %) y la priorización en áreas que afectan a los sectores más vulnerables de nuestra población (vivienda, educación, protección social). Sin embargo el espacio fiscal disponible de 22.6611 millones de pesos constantes podría ser mayor. No sólo porque es necesario para el desarrollo del país productivo con justicia social y profundización democrática, sino porque es posible. Creemos que las metas deben trazarse en función de las necesidades de nuestro pueblo y buscar las maneras de hacerlas posibles. Pero aún dentro de un argumento posibilista existen rubros de financiamiento que no estamos usando, a saber:


1) La renegociación de la deuda externa.

Hoy, sólo los intereses de deuda absorben 2925 millones de pesos constantes en el quinquenio (superior a lo destinado a vivienda e INAU juntos). Obviamente ésta no es una solución inmediata pero de iniciarse este proceso, en los próximos años nos permitiría tener más dinero para inversión.


2) La utilización de las reservas internacionales.

Tenemos U$S 7893 millones de los cuales por lo menos U$S 2500 millones de libre disponibilidad. Incluso estudios universitarios demuestran que para nuestro país no es eficiente tener reservas mayores a U$S.3170 millones.


3) La definición política de gravar al gran capital.


La reforma tributaria recargó a un sector de las capas medias sin hacer lo mismo con los sectores más ricos de nuestro país, generando un rombo tributario en donde no paga más el que tiene más. Esto se puede ir revirtiendo con la elevación del monto mínimo no imponible y con el aumento del impuesto de las rentas de capital (IRAE) y del patrimonio. A ello habría que sumar detracciones a los grandes exportadores, que se han beneficiado de una bonanza histórica sin que su aporte a la sociedad haya aumentado en la justa proporción.


4) La redistribución del crecimiento.


El aumento del PBI, por encima de las expectativas con las cuales fue diseñado el actual presupuesto, debería ser redistribuido. Cualquiera de estas medidas haría aumentar el espacio fiscal en varias centenas de millones de pesos, sin afectar los tan famosos equilibrios macroeconómicos y sería más justo en la redistribución de la riqueza. En los 821 artículos del proyecto presentado faltan elementos concretos, aprobados en el Congreso del Frente Amplio, que hacen al país productivo. No aparece la creación del Ente del mar y una flota pesquera o la creación de una comisión que estudie la viabilidad de un frigorífico multimodal. Tampoco está resaltado el papel del BROU en el desarrollo del país productivo. Aparecen 72 artículos referidos a los funcionarios públicos cuya incorporación al Presupuesto –ya lo expresamos,- dudamos seriamente que sea constitucional. Además, no son compartibles ni por el contenido expresado en varios de ellos ni por la forma es que se llega a su redacción a espalda de los trabajadores. Recordemos que fue el gobierno del FA el que reinstaló los ámbitos colectivos de discusión y por primera vez incluyó a los trabajadores del Estado. Creemos que en un principio es necesario que el conjunto de los mismos sea quitado del proyecto y que sea discutido en los ámbitos de negociación colectiva. A nivel de la Educación se vuelve a hablar del 4.5 % del PBI destinado para el sector, pero se llega a este porcentaje incluyendo nuevamente dentro del mismo a rubros que no son los que históricamente hemos defendido como FA (que incluía solamente a la UDELAR y la ANEP). A ello se suma que la injerencia de la Corporación para el Desarrollo y de la OPP en la administración de fondos de infraestructura, atentan contra la autonomía de los entes de la enseñanza. Estas son algunas de las críticas y las contrapropuestas que tenemos. Seguramente se volverán a utilizar para enfrentarnos a nuestro gobierno .En realidad son a su favor en tanto buscan que el gobierno del FA desarrolle plenamente su programa nacional, popular y democrático. En tal sentido impulsaremos reformas y enmiendas al proyecto presentado en el marco de la discusión parlamentaria y de nuestra fuerza política. Impulsando en todos los ámbitos en los cuales militamos, que exista un mensaje complementario que atienda a los justos reclamos de los trabajadores y nuestro pueblo.


Notas: 1 El total de ingresos del Estado es de 47.521 millones de pesos, de los cuales están comprometidos 24.860.

viernes, 17 de septiembre de 2010

90 años del PCU: Siempre presentes. (17 de Setiembre 2010)





rente al impacto internacional de la Revolución Rusa de 1917 y de la tradición de lucha de los trabajadores uruguayos, el 21 de setiembre de 1920 se funda el Partido Comunista de Uruguay. Desde ese momento nuestro Partido ha estado enraizado en la mejor historia de nuestro pueblo. Uniendo dialécticamente la solidaridad internacionalista con la lucha por profundizar la democracia, por avanzar en la construcción primero y en el fortalecimiento después, de las herramientas populares a nivel social y político. El PCU no fue una generación producto exclusivamente de los avatares internacionales. Las ideas socialistas no eran nuevas en nuestro país, ya que habían llegado tempranamente con los emigrantes europeos hacia finales del siglo XIX. Vale la anécdota, frente a tantos que se visten de liberales para profesar un profundo anticomunismo: la primera noticia sobre una obra de Marx en Uruguay la dio precisamente José Pedro Varela. A principios del siglo XX, la clase obrera, aunque débil numéricamente, era combativa; preponderaban entre sus dirigentes las ideas anarquistas y social-reformistas. En los años previos a la fundación del Partido Comunista de Uruguay, el país estaba viviendo el proceso de enfrentamiento de los sectores de la oligarquía al proyecto nacional reformista de Batlle. Los enormes avances que implicaban las reformas batllistas tenían límites estructurales que no se tocaron. Su acción política jamás atacó en forma decidida el tema de la posesión de la tierra. En ese sentido, llegó -como máximo- a postular un impuesto progresivo sobre la renta de la tierra y no lo desmerecemos en ese ámbito circunstancial. Por otra parte, en esa época, el batllismo no era mayoritario dentro del Partido Colorado por lo cual tuvo que ir haciendo acuerdos a la externa partidaria y también a su propia interna. Ello implicó transacciones, acuerdo, pactos. Desde el punto de vista internacional buscó jugar entre Inglaterra y EEUU, para poder financiar su proyecto. Cuando analizamos ese período no debemos olvidar que los partidos tradicionales tenían al comienzo del siglo XX una característica fundamental: eran policlasistas en su conformación y muchas veces sus posturas eran producto de la lucha que a la interna se producía entre los distintos sectores y fracciones de clases que contenían. Pero la orientación fundamental era no romper jamás con el contenido de clases fundamental. Existían fuertes lazos de dependencia personal, lazos clientelísticos que el crecimiento del Estado ayudaría a consolidar y que las propias reformas llegarían a institucionalizar. Las reformas electorales que implantaron el sufragio universal masculino, van a permitir observar la paridad numérica de ambos partidos y las alianzas entre los distintos extremos de los mismos. En este período, que es recordado por sus enormes reformas sociales, el movimiento sindical no perdió jamás su independencia de clase y se movilizó en forma constante para hacer frente al costo de vida. En ese momento de la historia de nuestro país hay que ubicar la formación del Partido Comunista de Uruguay. Inmediatamente fuimos solidarios con la naciente Revolución Rusa, por lo que significaba la primera experiencia de construcción del socialismo. Recién habíamos comenzado a madurar nuestra organización cuando tuvimos que hacer frente a la dictadura de Terra y lo hicimos buscando ampliar el marco de alianzas. Es bueno recordar que en ese momento se dan los primeros intentos de unidad de la izquierda. Los comunistas siempre hemos comprendido que la solidaridad internacional no es ajena a las luchas nacionales. En el marco de esa dictadura “terrista” fuimos parte de la defensa de la República Española que sufrió el aislamiento de los gobiernos capitalistas frente al avance del fascismo. Solidaridad internacional a la que aportamos brigadistas que dieron su batalla hasta las últimas consecuencias. Independientemente de los errores cometidos y asumidos autocríticamente a finales de los 40 y principios de los 50, los comunistas uruguayos de aquel momento estaban insertos en el movimiento social. Tanto es así que pese a nuestra pequeñez ya éramos objeto de investigación por parte de los servicios de inteligencia de nuestro país. El XVI Congreso del PCU (1955) marcó un hito en nuestra propia historia porque su desarrollo permitió la elaboración de la teoría de la revolución uruguaya que ha servido de guía, en adelante, para la acción de nuestro PCU. Ha sido, en sus lineamientos fundamentales, confirmada por el desarrollo del acontecer histórico en nuestro país y en el continente. La década de los 60 nos encontró entre los forjadores de las herramientas unitarias a nivel político y social de los trabajadores y el pueblo. La dictadura fascista tuvo como objetivo destruir la acumulación de fuerzas de nuestro pueblo y por eso buscó destruir cada una de las herramientas unitarias que se habían forjado. En particular buscaron extirpar al comunismo por 50 años de nuestro país. La resistencia continua, tenaz, de cientos de hombres y mujeres del pueblo –independientemente de su raíz y/o compromiso ideológico-político- le hizo romperse los dientes. Hoy es necesaria la memoria fidedigna, cuando algunos trasnochados de los partidos tradicionales reclaman y se arrogan haber sido protagonistas de la derrota de la dictadura. Es momento más que necesario de recordar la verdad a los miles de uruguayos, de las más distintas concepciones políticas, conocidos y anónimos, y en especial muchos de estos últimos que pelearon en forma constante para derrotar al fascismo y lo lograron con entregas valientes de su seguridad y su vida. La reconstrucción democrática nos encontró con un Partido de enorme prestigio social, forjado en las más duras batallas. Se intentó sintetizar las distintas experiencias de lucha (clandestinidad, exilio, cárcel), en un proceso que –cierta y críticamente-, quedó trunco. Porque la crisis de los 90 fue provocada tanto por causas internas como las que provinieron de la derrota de la experiencia socialista del este de Europa. Las clases dominantes, -no hay cómo dudarlose alegraron por lo que creían que sería la desaparición del comunismo en el Uruguay. Sin embargo, los comunistas uruguayos, aunque existan quienes nos consideren tozudos, somos más que eso. Por convencidos de nuestra ideología, porque hemos luchado por la eliminación de la explotación y la construcción de un mundo justo, mantuvimos en alto, más allá de “peripecias” difíciles, la roja bandera de la hoz y el martillo y también las construcciones unitarias a las que contribuimos a construir desde esa convicción (por ejemplo el Fidel y la 1001 en su trayectoria hasta la actualidad tanto como la construcción unitaria mayor que significa el Frente Amplio). En la década de los 90 fuimos reconstruyendo nuestro Partido, procurando no encerrarnos a lamer heridas sino impulsando medidas para enfrentar la estrategia neoliberal que se mostraba como invencible. Tanto se la consideraba así, que algunos la consideraron un tren “al que había que subirse”. Los analistas que hoy se sorprenden del peso de nuestro Partido en diferentes ámbitos, se olvidan de nuestra acumulación histórica, de nuestro compromiso permanente. Son 90 años de historia que conmemoran la lucha de miles de hombres y mujeres por el mundo “del pan y de las rosas”. Un momento de festejo para compartir con nuestro pueblo. Pero quizás –y sin quizás- habrá que analizar cuánto de la cualificación corresponde a “números electorales”, o a “correlaciones numéricas” y cuánto a una construcción que desde 1971 rige desde principios inapelables. Aunque en su aplicación merecen los ajustes que todo principio requiere. Porque más allá de que la historia impone cambios ineludibles, esos principios, por serlo, exigen su carácter rector para cualquier actualización legítima.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Crisis, Presupuesto y profundización democrática. (10 de Setiembre 2010)





“(…) se ha operado aquí un viraje desde la última gran crisis general. La forma aguda del proceso periódico con su ciclo de diez años que hasta entonces venía observándose parece haber cedido el puesto a una sucesión más bien crónica y larga de períodos relativamente cortos y tenues de mejoramiento de los negocios y de períodos relativamente largos de opresión sin solución alguna. (…) ¿estaremos tal vez en la fase preparatoria de un nuevo crack mundial de una vehemencia inaudita?” (…)“porque cada uno de los elementos con que se hace frente a la repetición de las antiguas crisis lleva dentro de sí el germen de una crisis futura mucho más violenta”. (Federico Engels, notas de 1885 a “El capital tomo III” CapXXX).


La crisis que viven los países capitalistas, expresada bajo diferentes formas (inmobiliaria, financiera) continúa inevitablemente su marcha pese a los intentos contradictorios de los gobiernos de frenarla o suavizar su impacto en los intereses del gran capital. Estamos asistiendo a la desocupación más alta de la historia de la humanidad: superan los de 210 millones las personas sin trabajo y entre ellas el 13 % son jóvenes. En particular la crisis ha hecho que el número de desocupados aumentara en 30 millones. El 80% de la población mundial carece de protección social por parte de los Estados, producto en gran medida del avance del neoliberalismo en los 90 del siglo XX. Los datos de los llamados países desarrollados son demostrativos de la profundidad de la crisis y de las dificultades que tienen internamente para llevar a cabo el paquete de «soluciones ». Mientras que hace un año los países del G-20 estaban de acuerdo en dar un estímulo a la economía a través de la inversión de un 2% del PBI mundial, la discusión hoy se plantea entre el estímulo o la contracción fiscal. El gigante del norte vive un endeudamiento que ya sobrepasa al que tenía al finalizar la segunda guerra mundial (19 % del PBI) y allí la desocupación crece en un 7.6 %. Los intentos de Obama de suministrar a esa economía 50.000 millones de dólares, en una lógica neokeynesiana, se encuentra con la oposición de los republicanos y según encuesta realizada a nivel de la población total, el rechazo se verifica en 6 de cada 10 norteamericanos. Está claro que esta discusión se tiñe de las disputas por cargos en la próxima elección; las encuestas anuncian que los demócratas perderán la mayoría parlamentaria. Pero más allá de tales motivos, el intento de medidas no sustituye la opción de la guerra como motor económico. En ese sentido, resaltamos que el retiro de tropas realizado, deja no obstante 50.000 soldados para reforzar la situación en Afganistán y al mismo tiempo mantiene a Irán en la mira. En Europa, la desocupación promedial trepa al 10 %. Aunque existen diferencias notorias entre los países europeos. Por un lado, en Alemania es menor al 7% y en el extremo opuesto, España, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia, llegan al 20 % de desocupación. Aquí la solución que se ha buscado es la restricción del gasto público, a través de un tremendo ajuste fiscal y reducción de los salarios. Son medidas netamente neoliberales, en varios casos aplicadas por partidos de la socialdemocracia. Frente a ello hemos asistido a la movilización de las masas en Grecia y en esta semana en Francia un millón y medio de personas se manifestaron en contra del intento del gobierno de Sarkosy de elevar la edad de jubilación. En Asia la situación no es mejor. Parte del crecimiento chino se asienta en una enorme especulación inmobiliaria. Sólo en el primer trimestre del año los precios de los inmuebles han crecido un 70 %, para el gobierno chino el tema es cómo ir desinflando esta burbuja en forma lenta. Este último tema nos afecta directamente por el peso que ha adquirido el mercado chino para los productos latinoamericanos (creció un 21% en el último año), en detrimento del mercado de EEUU. Los datos de la economía mundial anuncian una etapa de crecimiento lento, con desocupación creciente y endeudamiento de los países del G-8. Son datos que nos alertan acerca de las medidas que se deben tomar para enfrentar los coletazos de esta situación. De ahí que resulta fundamental la discusión que ahora se abre en el Parlamento uruguayo sobre el Presupuesto Nacional. El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo introduce aumentos importantes en comparación con el quinquenio anterior. Según los fundamentos y varias cifras, se adjudica prioridad a las áreas de seguridad, educación, vivienda, infraestructura y protección social. Desde luego, existen en el proyecto a discutir, insuficiencias y también contradicciones a superar en el debate parlamentario. Y como era previsible, la derecha ya está saliendo a criticar la inversión pública prevista, con el argumento de que no se están haciendo los ahorros necesarios para soportar los efectos de la crisis. Por el contrario, aseveramos que es imprescindible defender la inversión pública, incluso superándola por encima de otras variables, como una de las formas de absorción de trabajadores, aumento de sus ingresos y generación, en el proceso, de un mayor mercado interno. El Estado debe profundizar el fortalecimiento de su red de protección social sobre los sectores más vulnerables; atender a las necesidades básicas de la población (sus derechos humanos a los salarios y jubilaciones dignas, al trabajo, la vivienda, la salud, la educación). Para ello avanzar en la redistribución de la riqueza a través de un creciente papel del Estado en su carácter de promotor de la producción, y a la vez desde el combate de la especulación de capitales trasnacionales y también nacionales, contando con la población organizada que pueda participar plenamente. Cuando decimos «contando con» y «participar plenamente» queremos decir que se atiendan con seriedad las demandas justas y las contribuciones concretas que desde esos ámbitos se han venido haciendo y continúan haciéndose. Es indudable el peso del Presupuesto estatal en el desarrollo del país productivo con justicia social y profundización democrática. Pero no todo se reduce al marco del Presupuesto. Existen medidas de redistribución de la riqueza que se deben realizar en el quinquenio y trascienden la discusión presupuestal. Por ejemplo la elevación de la franja mínima del IRPF o empezar a discutir el gravar como corresponde a la renta diferencial de la tierra (sólo en los últimos 6 meses esa renta implicó para el sector mencionado una ganancia de 55 millones de dólares(1). A diferencia de lo que argumentan los representantes de las clases dominantes, en nuestro país se genera una enorme masa de riqueza que es necesario redistribuir. Éste es el objetivo principal a cumplir por nuestro gobierno estimulando una participación activa de los sectores populares que siempre han contribuido –y no pueden relegarse- al proyecto de un gobierno popular, nacional y democrático.

1) Se arrendaron unas 475.000 has a un precio promedio de 1160 U$S la hectárea.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Presupuesto abierto a las necesidades del pueblo. (3 de Setiembre 2010)




La expectativa generada por el Mensaje Presupuestal que entró el pasado miércoles en la Cámara de Diputados es sin duda muy grande y así lo merece porque determina la posibilidad de los cambios profundos y necesarios. Cambios logrables a través del cumplimiento pleno del programa que mandata al gobierno.

La mayor importancia del Presupuesto radica en la concepción que lo impregne. No hay que inventarla, la concepción está definida claramente en el programa del Frente Amplio y exige expresamente jerarquizaciones insustituibles. Alcanzamos el gobierno después de luchas populares inmensas, atravesamos un primer período con logros innegables, pero mucho queda todavía por avanzar en la construcción de un Uruguay productivo, con justicia social, profundización de la democracia y rompimiento de la dependencia. Porque seguimos siendo un país dependiente aunque no hayamos caído en recesión. El Presupuesto que regirá el quinquenio implica un debate exhaustivo por las prioridades y la orientación económica que las sostenga. Y así como repetimos que cada instancia presupuestal involucra a todos los sectores de la sociedad, enfatizamos también que el debate no debe ser de cúpulas. Es una instancia definitoria en el terreno de la participación democrática. La actual oposición se muestra contenta, porque el espacio que siempre negaron los partidos tradicionales ahora el FA tiene la bonhomía de concedérselo y llegar a “acuerdos multipartidarios”…¡Fantástico! Sin embargo luego de tales concesiones y cierre de acuerdos, nosotros, la gente común y corriente, los trabajadores, jubilados, etc. recibimos un alerta inquietante: “No habrá mensajes complementarios”. Lisa y llanamente, un Presupuesto “cerrado”, de cúpula. Al demonio la participación ciudadana a la que se alude en muchos discursos. Es demasiado lo que se juega en estos tres meses y no se resuelve con números macroeconómicos, ajustes fiscales, búsqueda de estabilidades, crecimiento primero, reparto después. Todo eso ya lo vivimos y lo rechazamos siempre. También la improcedente inclusión de reformas –como la de Educación de Rama- . Pero ahora resulta que en la extensa exposición de motivos –lo único que nos dio tiempo a leer un pocose repiten como en plena política neoliberal, las palabras que tanto la distinguieron: “metas fiscales”, “estabilidad”, “sustentabilidad”, “eficiencia”, “fortalezas y debilidades”, “sistema mixto”etc . Y se incluye una reforma del Estado cuyos ejes no son precisamente las transformaciones que lo harían efectivo “servidor” para la población. Los trabajadores estatales no son los malos de la película, como los quieren mostrar blancos y colorados. ¡Bien que les sirvió su clientelismo de tantos años, generador de burocracia y corrupción! Por supuesto que hay que eliminar el clientelismo, disminuir la burocracia y desterrar la corrupción. Pero el Estado debe transformarse para que los uruguayos vivan mejor. Y si queremos hablar de Estado eficiente, procuremos ampliar la inversión nacional, hagamos marchar el ferrocarril, instauremos una política de precios controlados para el consumo, impongamos contrapartidas a los inversores extranjeros, empecemos a explorar un frigorífico multimodal para preservar el mejor consumo y exportación ganadera e ictícola. Defendamos la educación pública estatal, ampliemos las políticas sociales, el derecho a la vivienda, la salud y todos los derechos humanos. En definitiva: no después sino mientras crece la torta, distribuyamos adecuadamente la riqueza. No somos negativos: estamos plenamente convencidos de que el rumbo económico que necesita cambios, tiene un punto de partida importante en el Presupuesto, porque éste abarca la posibilidad real de que las fuerzas acumuladas por años de lucha permitan avanzar en logros económicos, laborales, de vida digna y de democracia plena, con participación efectiva del pueblo. La medida son los avances reales, los éxitos en las mejoras para el pueblo; las debilidades no nos están permitidas, que las asuma el capitalismo en su fase imperialista con sus crisis inevitables. Y si fallamos, revisemos el rumbo. Tenemos cuándo (los mensajes complementarios, las rendiciones de cuentas) y cómo (abrir cauce real a la participación popular y cumplir debidamente el programa). No puede haber “Presupuesto cerrado”.

25 de agosto, expectativa de compromiso frenteamplista. (27 de agosto 2010)




Este 25 de agosto se festejó un nuevo día de los comités de base del Frente Amplio. A lo largo y ancho del país los frenteamplistas concurrieron a reafirmar su compromiso con la fuerza política. Es la oportunidad especial en que se renuevan las responsabilidades en cada comité, permite en muchos casos el reencuentro de los militantes cotidianos con aquellos adherentes fieles que cotizan, andan en la vuelta colaborando de distinto modo y se interesan por la vida del Frente. Por lo tanto, sin duda ha sido una jornada de «agenda abierta», con visitas de dirigentes de coordinadoras, de los partidos, de integrantes de las bases, lo que da lugar siempre a intercambios de inquietudes y tratamiento de temas de interés puntual y general.


Es una ocasión trascendente cada año en tanto no sólo importa la decisión de participar de jóvenes y no tanto –con el frío que no se quiere ir, muchos que peinan años y años de canas se arrimaron ávidos este miércoles a su comité- sino el clima que los miembros más activos preparan con esmero. Tanto como para que la pluralidad temática –que casi siempre desborda cualquier «orden del día»- dé ocasión a los concurrentes de asumirse como responsables de la fuerza política y en estos años últimos, de su gobierno. Pueden encontrarse en nuestros 25 de agosto fervores, entusiasmos, preocupaciones, muchas preguntas, y también críticas y diferencias expresadas con vehemencia. Pero si de algo no puede existir contradicción, es que los comités muestran en momentos así, la necesidad de permanecer, crecer y fortalecerse. Asumen los frenteamplistas, vinculados a su comité de base, el protagonismo que arrima a los vecinos, pues cada uno se multiplica en su cuadra, el almacén, el supermercado o el ómnibus… Cierto es que hay comités que no están funcionando. ¡Pero qué experiencia la de recibir en otro que abre sus puertas a compañeros que piden participar del festejo! Sin poder votar ni la mesa ni los delegados, etc.- se integran con satisfacción… aunque también lamentando la falta del suyo, del que tal vez fueron fundadores. Lo que más importa, entonces, es que una vez más queda demostrada la importancia del comité de base como vínculo directo con nuestra población. Por supuesto, varios temas puntuales han estado seguramente planteados en los distintos comités, como las investigaciones en torno a los casos relativos a los delitos de los Peirano y a la Armada. El caso de la Armada demuestra la necesidad de una investigación profunda, que comienza con los ilícitos del presente pero que hunde sus raíces más atrás. Es bueno recordar que la banca Rigss era el lugar en que Pinochet tenía sus depósitos y está vinculada a la transferencia de fondos para el Plan Cóndor. A la salida de la dictadura Germán Araujo pidió una comisión investigadora sobre estos temas pero le fue denegada. Obviamente no creemos que toda la Armada esté involucrada en estos asuntos pero lamentablemente la falta de verdad y justicia iguala a tirios y troyanos, pues la democratización de las FFAA no se quiso hacer por la mayor parte de los llamados partidos tradicionales que votaron la Ley de Caducidad. La existencia de esa Ley caduca ha recibido la oposición fuerte y organizada de los sectores populares que buscan afanosamente su anulación. Y en estos momentos nos encontramos frente al pedido del Ministerio de Relaciones Exteriores para la anulación de dicha Ley, que contraviene los acuerdos internacionales firmados por Uruguay, a partir de las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Tal decisión merece el reconocimiento del acuerdo unánime en el FA en cuanto a apoyar la «anulación interpretativa» de la Ley de Caducidad. Aunque no sea la anulación que queríamos y que se reflejara en el «Congreso Zelmar Michelini»(2008) que aprobó la lucha por la anulación de la impunidad, nos permitirá seguir avanzando hacia la verdad y la justicia. En lo que refiere al llamado «caso Peirano», atendiendo a la vocación de transparencia que asumimos, los frenteamplistas podemos afirmar que frente a las dudas que en las últimas semanas se han generado, vamos a actuar para facilitar los mecanismos de investigación sobre la actuación de nuestros compañeros. En tal sentido la Mesa Política constituyó una comisión especial para investigar el «proceso y las consecuencias de la derogación del Artículo 76 de la Ley 2230.» Y le planteó a sus parlamentarios esclarecer los hechos a ese nivel. Esto sólo lo puede hacer una fuerza que ha servido de modelo para muchos de los procesos americanos que nos ven como un ejemplo de la unidad del movimiento y los partidos. Unidad que como se manifiesta en cada 25 de agosto, tiene su raíz en la condición de coalición y movimiento del Frente Amplio. En el fuerte carácter de democracia participativa que sólo llenando de fuerza, presencia, y acción desplegada hacia la población pueden desarrollar los comités de base: en cada barrio y desde los funcionales que reúnen a trabajadores frenteamplistas de distintas ramas. El augurio de cada 25 de agosto nos renueva la vigencia de nuestros comités. Claro que ese entusiasmo «preprimaveral» hay que llenarlo de continuidad y refuerzo de militancia, de llegada a la población. Los comités de base, que siguen vigentes, más lo serán cuanto más compañeros, de los distintos partidos de la coalición o independientes se nutran en ellos de la mayor información, discutan, difundan y actúen en su entorno con la población. ¡Bueno y próspero aniversario frenteamplista!

domingo, 1 de agosto de 2010

Sobre la “Reforma del Estado” (29 de Julio 2010)

En los últimos tiempos parece que se ha vuelto común encontrar y resaltar las diferencias que los comunistas tienen con el gobierno del FA. Se busca enfrentarnos con la fuerza política y con nuestro gobierno en temas como la política económica y ahora la reforma del Estado. Algunos muestran públicamente sus preocupaciones sobre el papel que tienen los comunistas en el país y tratan de aislarnos. Un observador informado podría rápidamente recordar que las posturas que aparecen como “novedosas” han sido parte de nuestro discurso y práctica desde hace tiempo. En tal sentido fueron resueltas por nuestros organismos de dirección y llevadas a la discusión en los comités de base, departamentales, mesa política y congresos del FA. El conjunto de preguntas que le hicimos al Ministro de Economía son coherentes con nuestras críticas a los lineamientos generales llevados a cabo en la anterior administración y nuestra postura sobre la llamada “Reforma del Estado” son parte de una concepción teórica y de un objetivo estratégico. Recapitulemos. La “Reforma del Estado” fue puesta arriba de la mesa ya desde el anterior gobierno y lo que hace el compañero presidente Mujica es volver a darle un impulso. Lo que ha aparecido en la prensa es un esbozo para la discusión y no un proyecto cerrado. En tal sentido estamos dispuestos a aportar ideas para mejorarlo. En primer lugar creemos que no se debe insistir en hablar de una reforma que retoca algunos aspectos pero deja en pie la concepción, sino de una transformación democrática del Estado, que debe ser un cambio profundo de la estructura y su funcionamiento en el sentido de ampliar la democracia con la participación directa del pueblo. Analizamos la transformación de las formas y contenido del Estado desde nuestra concepción materialista-dialéctica e histórica. El Estado es, en general, una herramienta de dominación de clase, de una minoría sobre una mayoría. Nuestro Estado expresa esa característica, construido y desarrollado históricamente por el bloque de poder para la dominación de la mayoría del pueblo (clase obrera, trabajadores en general, pequeños y medianos productores, comerciantes e industriales, estudiantes, jubilados, etc.). No es casualidad que los llamados partidos tradicionales orienten sus baterías a que la “Reforma del Estado” esté enfocada sobre el número y carácter de los funcionarios públicos o sobre la eficiencia de la gestión. Estos temas, que sin dejar de ser importantes son la punta de un iceberg que de dedicarnos exclusivamente a ellos dejaría intocados los principales resortes aún controlados por el bloque de poder (económicos, sociales, culturales, propagandísticos, etc.) Incluso, mantiene la adhesión de sectores dirigentes dentro de la estructura estatal, que responden a sus intereses. Tener el gobierno no implica tener el poder. La cuestión del poder, supone superar el control formal del aparato del Estado, por su control real, cortando los vínculos con el bloque de poder. Estos elementos que no rigen solo nuestro análisis sino que también esta expresado de diferentes formas en los distintos congresos del FA. El IV Congreso “Héctor Rodríguez” “La reforma del Estado deberá estar asociada directamente a un avance general de la democracia, gobernando con la gente, no sólo convocándola para crear consenso sino abriendo las puertas a las tareas de control y toma de decisiones.(...) La profundización de la democracia tiene como eje fundamental la participación de la ciudadanía y en particular de los trabajadores y usuarios. Este protagonismo constituye un derecho y una necesidad social para aumentar la calidad y el impacto de las políticas que se implementen. (...)La descentralización debe ser motor de la ejecución de las políticas promoviendo la transferencia de poder a los actores locales. Es una alternativa para favorecer el desarrollo equilibrado y sustentable, conjugando políticas de ordenamiento territorial y desarrollo en una perspectiva estratégica.(...) Debemos transformar al Estado en una poderosa palanca del desarrollo nacional, a la vez que creador de las condiciones para que éste beneficie al conjunto de la sociedad. El Estado contribuirá a resolver las cada vez más grandes desigualdades sociales existentes en el país y tendrá una presencia activa y directa en las áreas estratégicas de la economía, desarrollando firmemente su función de articulación y su rol regulador”. Conquistamos la administración del gobierno por segunda vez, pero hay que ir apropiándose del control total del aparato del Estado. En ese camino se hace imprescindible dar la batalla contra el ocultamiento de información, la pasividad, el sabotaje, la desidia y la corrupción. Estos componentes que son reflejos de la ideología dominante y del accionar concreto del enemigo necesitan ser aislados y reducidos. Esto no implica simplificar el análisis y centrar en críticas indiscriminadas a la burocracia, como a veces lamentablemente se hace. Es imprescindible trabajar con los propios trabajadores estatales para romper las trabas y el acostumbramiento, para desburocratizar. Lo cual incluye la participación de trabajadores y usuarios en la dirección de Entes y empresas públicas. La descentralización política con participación social tiene que ser un eje fundamental de la participación. La capacidad de decisión del pueblo es un instrumento esencial para el proyecto transformador. La construcción de un nuevo modelo de Estado necesita que el pueblo vaya haciendo experiencia en la gestión, construya y se apropie de espacios desde donde se ejerza el gobierno, donde se defiendan, impulsen y profundicen los cambios. Ese objetivo no se resuelve cambiando sólo algunos aspectos sino que el cambio debe ser global. El año 2011 deberá estar enmarcado en la discusión y convocatoria a Asamblea Nacional Constituyente que reforme la Constitución en su conjunto. Nada de lo expuesto es nuevo para nuestros compañeros frenteamplistas; surge de nuestra concepción del mundo y nuestra lucha cotidiana para avanzar en democracia hacia la democracia avanzada vía particular al socialismo.

viernes, 23 de julio de 2010

La “conmemoración” de la recuperación democrática. (23 de Julio 2010)

Este es un año plagado de conmemoraciones de nuestra rica historia como Latinoamérica. Se cumplen los 200 años de los procesos libertarios frente al dominio español, los 100 años de la revolución mexicana y 25 años de la recuperación democrática de nuestro país. Para impedir olvidos o reconstrucciones intencionadas, es necesario ubicar esos procesos en su contexto histórico, ver las correlaciones de fuerzas que se crearon y los objetivos que se persiguieron y concretaron. Saludar la reconquista de la democracia sin valorar el motivo real por el cual se perdió sólo sirve a los intereses de las clases dominantes, la intención que estos tienen de reconstruir su hegemonía limpiándose del pasado reciente que las involucra y responsabiliza directamente. Casual no puede ser que el Partido Colorado inicie un “ciclo de conmemoraciones” de los 25 años de democracia y además tenga entre sus panelistas a Pedro Bordaberry. El joven candidato, ejemplo de lo que se ha llamado “nueva derecha”, carga con el apellido del presidente que dio el golpe de Estado. Como hemos afirmado más de una vez los hijos no son culpables de los actos de sus padres, pero Pedro nunca ha criticado el golpe. Por eso no es un azar que se intente la reconstrucción de los 25 años eludiendo los orígenes, pues necesitan forjar un candidato “impoluto” para el 2014. Una forma distinta de aplicar las consabidas frases “dar vuelta la página” o “no tener ojos en la nunca”. Los llamados partidos tradicionales tienen mucho que ver con el proceso que nos llevó a la dictadura. Fue durante sus gobiernos que se aumentó la dependencia con EEUU y también se mandó a educar en escuelas de EEUU a civiles, policías y militares para que fueran represores del pueblo. En esas “escuelas” aprendieron técnicas de tortura en torno a la Doctrina de la Seguridad Nacional, para ser luego integrantes del Plan Cóndor. Son además responsables porque adheridos a un plan de contraofensiva yanqui, y en el marco de un proceso de cada vez mayor concentración de la riqueza en manos de la oligarquía y del imperialismo, prepararon el camino a la concreción de la dictadura usando la represión contra obreros y estudiantes en nuestro país. El golpe de Estado se produce para frenar el avance popular y no para detener una guerrilla que estaba ya derrotada. El golpe fue el recurso de la clase dominante ante la pérdida de su dominio hegemónico de las masas populares, de sectores de la economía y del aparato del Estado Se hizo para fortalecer los factores de dominación a manos del imperialismo y la oligarquía, para así aplicar la estrategia neoliberal trabada por la lucha de masas que se llevaba adelante cumpliendo la confrontada estrategia popular de acumulación de fuerzas. La lucha contra la dictadura tuvo como eje central a la clase obrera organizada y al pueblo en su conjunto. Entre los partidos políticos la oposición del FA fue unánime desde el mismo día del golpe y fue acompañada por sectores importantes del Partido Nacional a partir del 3 de julio cuando hace un llamado a la lucha contra “un gobierno nacido de elecciones fraudulentas que ahora intenta perpetuarse por medio de la dictadura”. Mientras el Partido Colorado a través de dirigentes como Julio María Sanguinetti declaraba en radio que nada tenían que hablar con el FA por su carácter antidemocrático. Obviamente la correlación de fuerzas que se fue construyendo a la interna del país y en el exterior “obligaba” a la conformación de un bloque democrático antidictatorial del que nadie quería quedar afuera. Esto se trata de soslayar cuando se intenta construir la historia a partir de 1985. Pero al mismo tiempo se busca volver a asentar la idea del “cambio en paz” y de que primero se debe estructurar la “democracia política” para seguir con la “democracia social”. Con lo cual se fundamenta el no cumplimiento de los acuerdos de la CONAPRO a nivel social y económico y en particular la Ley de Caducidad. En la conferencia realizada los otros días en el Palacio Legislativo tanto Lacalle como Sanguinetti pusieron en el mismo paquete, como “leyes de paz”, a “ la ley de amnistía, la ley de reintegro de funcionarios públicos y la ley de caducidad", que según ellos eran "seguramente imperfectas, pero era lo posible en el momento". A partir de estos supuestos de “posibilidad” argumentan el no cumplimiento de los acuerdos sociales. Sin embargo durante sus gobiernos llevaron adelante el programa de las clases dominantes. En estos 25 años buscaron achicar el Estado a su mínima expresión; así lo demuestran sus privatizaciones y asociaciones en detrimento de los intereses populares que realizaron durante décadas. Fracasaron en su objetivo final de privatizar el conjunto de las empresas públicas siguiendo al pie de la letra el consenso de Washington, porque fueron enfrentados por la lucha de los trabajadores y el pueblo organizado. Defendieron los intereses de su clase al buscar maximizar la tasa de ganancia a través de la desregulación laboral. En el período en que según sostienen “los uruguayos vivimos mejor”, sus intereses se expresaron en la acción del gobierno, a través de su política económica y social, y en especial en la llamada “Reforma del Estado” (con sus medidas de privatización, asociación, desguace, etc.) apuntando a hacerlo más funcional a sus intereses. Generaron por un lado la cada vez mayor concentración de la riqueza en menos manos, y por otro un aumento de la crisis económica y social. De modo tal que al permanente ataque a los derechos de los trabajadores se sumara la exclusión de cada vez más sectores de la sociedad: capas medias, artesanos, pequeños, medianos y aun grandes productores, comerciantes e industriales, etc. Todo ello se expresó en los altísimos niveles de desocupación, subocupación, desaparición de unidades productoras y enormes niveles de endeudamiento del agro, la industria, y el consumo familiar. Durante sus gobiernos las fábricas se convirtieron en depósitos y miles de uruguayos tuvieron que construir viviendas en asentamientos, sin acceso a condiciones mínimas de vida. Ese detrimento de la vida social se extendió a todo el país, cada departamento, ciudad o pueblo, con las peculiaridades de cada lugar. Los frenteamplistas estaremos omisos si no recordamos el conjunto del proceso, porque permitiremos construir una imagen deformada de la realidad en donde nadie se hace responsable de las situaciones de exclusión social con las que nos encontramos al recibir el gobierno en 2005. La responsabilidad alerta y nunca ingenua de nuestra labor política exige comprender los movimientos de corto y largo alcance de la oposición y actuar de modo que impida caer en ellos. Lo cual incluye cuando es necesario, utilizar el espacio que esa misma oposición se atribuye, como tribuna para puntualizar nuestras diferencias.

jueves, 15 de julio de 2010

Entre dilemas y expectativas (16 de Julio 2010)




Este martes 13 el Uruguay fue una fiesta. Miles de compatriotas salieron a manifestar su apoyo a lo realizado por nuestra selección. Respaldo a un proceso y a una forma de encarar el juego, que consciente de sus limitaciones demostró que puede enfrentar de igual a igual a cualquier equipo. El fútbol es para los uruguayos el deporte popular por excelencia. También –reconozcamos- un negocio redituable para quienes saben dónde y cuándo invertir como lo comprende claramente esa trasnacional que es la FIFA. No vamos a llorar por los arbitrajes tendenciosos, pero sin duda Uruguay no era un negocio redituable. Hay que saber separar el deporte de las intenciones que tienen algunos de sus principales organizadores. No podemos olvidarnos que hubo un mundial en Italia en medio del fascismo y otro en la Argentina de la dictadura militar. Casualmente ninguno se realizó en un país socialista. Algunos podrán opinar que buscamos mezclar el fútbol con la política, pero en nuestro país ambos siempre han estado asociados. Notorios dirigentes políticos lo han sido de los clubes más importantes del Uruguay. ¿O acaso nos olvidamos del veto a un joven presidente de Progreso cuando estaba postulado a ser presidente de la AUF? En el mes del fútbol, mientras la “jabulani” giraba, otras cosas sucedían, aunque en los informativos mediáticos eran noticias marginales. La crisis europea no deja de avanzar y las medidas regresivas en contra de los trabajadores y el pueblo continúan. Mientras que la “furia roja” conseguía un merecido primer puesto, basado en la continuidad de un proceso de 10 años con los mismos jugadores, varios de los cuales juegan en el Barcelona, los trabajadores del metro de Madrid recibían como respuesta que no importando cuánto pelearan, la empresa no iba a dar marcha atrás y debían aceptar la rebaja salarial decretada. Las clases dominantes no descansan y aprovechan cualquier momento para avanzar en su proyecto de seguir acumulando riquezas. En este mes sufrimos tres subas de la carne en las cercanías de los partidos de Uruguay. ¿Coincidencia? Se dice por parte de nuestros capitalistas que es a raíz del “aumento del consumo”, viejo argumento que no resiste un análisis profundo. Esta situación en un alimento de primera necesidad para nuestro pueblo podría ser regulada si el Estado contara con un ente testigo de abastecimiento del mercado interno. El programa del FA explicita la creación de una comisión que estudie el tema. Esto es lo primero que hay que hacer, independientemente de que algunos tenemos propuestas para aportar en torno a sus características. En primer lugar debería estar gestionado conjuntamente con pequeños y medianos productores, trabajadores, y la Universidad de la República. Su ramo de actividad, en principio, pasaría por el procesamiento de la carne vacuna, porcina, avícola, ovina e ictícola, así como subproductos derivados, tanto para asegurar el abasto interno a la población a precios reducidos, como para exportar carnes de igual tipo y sus subproductos. Asimismo intervenir en la industria del cuero suministrando materia prima, tanto a la industria de la vestimenta (tapizado, calzado, marroquinería), como a las curtiembres. En segundo lugar se tendería a que el mismo cubra el abasto interno, lo cual redundará en precios acordes para el consumo y también a la cobertura del productor rural pequeño y mediano respecto de los vaivenes del mercado exterior. Para ello debería tener tantas filiales en el territorio nacional como sea necesario, asociadas a la construcción de cámaras de frío que permitan operar con las producciones locales, no sólo de carnes sino de productos hortifrutícolas. Es necesario en tercer término, generar un mecanismo exportador de carnes y cueros, comenzando por acuerdos comerciales con otros Estados, tendiendo a la complementariedad productiva. Ello tanto –y en primer lugar- a nivel regional, del MERCOSUR, del ALBA, etc., como del relacionamiento con otros países. Complementariamente será necesario establecer una ley que regule y limite la exportación de ganado en pie, cueros sin procesar, o con procesos mínimos, secos o salados a fin de defender la disponibilidad de materia prima. En cuarto lugar, el suministro de materia prima a la industria de la vestimenta y a las curtiembres debería concretarse sobre una reestructuración de ambos sectores, a través de la asociación de capitales privados con el Estado en una estrategia de desarrollo elaborada y gestionada con amplia participación social. Obviamente, todo esto que lo ponemos en condicional, en tanto se asuma, afectará, directa e indirectamente, a los intereses de los grandes capitales vinculados a los frigoríficos. No es sorprendente que esta propuesta, entre otras, sea tomada como caballito de batalla para tratarla como enfrentamiento a nuestro gobierno. Según quienes eso intentan, el dilema de hierro para quienes así proponemos, es entre el apoyo al gobierno o la fidelidad a nuestros principios, programa e historia. Una interpretación de inviabilidad que no comprende el proceso de unidad de la izquierda y sus expectativas. Unidad en medio de la contradicción y de la discusión franca y fraterna. Porque ser parte del gobierno no implica ser omiso a sus errores y ser críticos del mismo no significa sentirnos ajenos a su desarrollo. Somos consecuentes con lo que pensamos y actuamos en ese sentido en todos los ámbitos donde militamos. Que les moleste a las clases dominantes es un índice más de que resulta muy probable la corrección del camino que planteamos. Este es el año del 90 aniversario y del XXIX Congreso del PCU. Desde su historia y el presente que nos convoca hacia adelante, redoblamos el esfuerzo para seguir avanzando.

jueves, 8 de julio de 2010

CON LA FRENTE EN ALTO. (9 de Julio 2010)




Estos días los uruguayos salimos a festejar por las calles de todo el país (y del mundo) y nos hemos puesto roncos de gritar por la gloriosa celeste. Hemos estado al borde del paro cardíaco palpitando cada minuto de los partidos. Hemos aplaudido la gallardía de nuestros jugadores aún en la derrota, porque nos sentimos identificados con una forma de jugar al fútbol. Sabiendo de nuestras carencias hemos potenciado nuestras habilidades. Siendo modestos sin doblegarnos ante nadie, han vuelto a respetarnos. Sin importar el próximo resultado, fue la demostración de que nuestro pequeño país si se hacen bien las cosas puede colarse entre las potencias del mundo. El “maestro” ha dejado entrever que estaría dispuesto a volver a dirigir a la selección con ciertas condiciones, que seguramente tienen que ver con invertir en el desarrollo de las divisionales juveniles y el enmarcar al conjunto de las selecciones en un proyecto general y de largo alcance. Se trata de pensar un proyecto de larga duración y no dejarse encandilar por la búsqueda de éxitos puntuales o de corto alcance. Ejemplo que puede ser extrapolado a otros aspectos de nuestro país. Somos un pequeño país rico en potencia, pero inserto en una división internacional del trabajo que nos convierte en dependiente de las necesidades de los países imperialistas. En los últimos 6 años el PBI ascendió a cifras record, crecimiento esencialmente basado en los altos precios que en el mercado internacional tienen nuestras materias primas. Si analizamos más profundamente vemos que dependemos de exportaciones básicas sobre la que los países desarrollados tienen subsidios y diversos mecanismos de protección. Aunque se logre la apertura de mercados, estos productos presentan tendencias poco dinámicas al largo plazo. Así por ejemplo: a) la demanda real tiende a crecer más lentamente que el ingreso de consumidores, b) los precios fluctúan fuertemente de acuerdo con los ciclos de la economía mundial, c) tienen una tendencia al deterioro secular. Los precios caen en la parte baja del ciclo pero no logran recuperar su nivel anterior en el auge. Para comenzar a romper con estos condicionamientos es necesario fortalecer políticas que apunten a elaborar productos primarios o bienes industrializados que contengan mayor valor agregado. Y lograrlo requiere inversión en tecnología y desarrollo del conocimiento científico-técnico. Las exportaciones basadas en recursos naturales presentan menor grado de diversificación, mayores dificultades de encadenamiento con el resto de la economía interna, menor elasticidad e ingreso de la demanda, precios con mayor volatilidad y en general, deterioro de los términos de intercambio. Sumado a ello se sigue manteniendo la misma concentración de la riqueza que en períodos anteriores. Los fenómenos de concentración, centralización y extranjerización se dan en cadenas importantes del sector agroexportador: forestación, carne, soja, arroz, lechería. La mayoría de esas inversiones extranjeras directas se producen sobre industrias ya en marcha. Los capitales buscan comprar empresas en funcionamiento, de gran rentabilidad y, en lo posible, monopólicas u oligopólicas. En nuestra burguesía existe una tremenda flexibilidad o permisividad para entregar sus empresas y tierras al capital extranjero. Esto no es extraño habida cuenta del carácter fuertemente rentístico de muchos grupos nacionales con propensión a la fuga de capitales. Las clases dominantes defienden esta forma de desarrollo económico porque sirve a sus intereses a corto plazo. Por eso se oponen a la intervención del Estado en la producción aunque eso signifique la extranjerización de amplios sectores de la economía. No es sorprendente que se opongan al reclamo de la central de trabajadores de reducir la jornada laboral en los lugares donde el desarrollo de la productividad lo permita. Ellos no están dispuestos a perder su tasa de ganancia, ni a invertir para mejorar la producción. Así queda claro en su argumento contrario al planteo del PIT-CNT. Nos dicen que el aumento de la productividad “puede darse si hay introducción de nuevas tecnologías y se capacita al personal, condiciones que no están al alcance de todas las empresas” y que el aumento de los puestos de trabajo “sólo puede darse en situaciones donde se avizora un constante crecimiento empresarial, algo que no es fácil predecir”. Además les preocupa que una vez que los trabajadores se acostumbren a la reducción horaria “es difícil que acepten volver a las ocho horas”[1]. Esta forma de pensar de amplios sectores empresariales es una traba para el desarrollo productivo de nuestro país. Los frenteamplistas conscientes de esta característica histórica, incluimos en nuestro programa de gobierno que el Estado debe tener un rol de “conductor, regulador social y emprendedor. En otros términos, funcional a un programa de crecimiento, distribución de la riqueza, modernización, democratización y de inclusión social. En síntesis, un Estado que debe ser recuperado para cumplir adecuadamente el rol orientador del desarrollo nacional”.[2]
Esto es una parte esencial de lo que se pondrá en discusión en la elaboración de la Ley presupuestal. Qué papel y con qué mecanismos actuará el Estado en los próximos años. Podremos seguir actuando bajo las premisas de los beneficios al corto plazo o actuar para el desarrollo de un país productivo con justicia social y profundización democrática. El segundo camino tendrá grandes oposiciones pero estamos convencidos de que es el que nuestro pueblo necesita. Se trata de seguir construyendo el bloque político-social-radical de los cambios que impulse y defienda el programa de cambio. Vayamos entonces con el programa bajo el brazo y la frente en alto.
[1] Página editorial del “El País” 4 de julio de2010 [2] V Congreso extraordinario “Zelmar Michelini"

jueves, 1 de julio de 2010

Gobierno frenteamplista: avance popular. (2 de Julio 2010)




El Frente Amplio está nuevamente en el gobierno por la voluntad popular. De todos modos es necesario ver la realidad en la que estamos inmersos. Vivimos en el marco del modo de producción capitalista que genera millones de desocupados y condena a muerte por hambre a otros tantos. En un planeta que está en condiciones de alimentar a una población muy superior al que lo habita, millones mueren de hambre porque entre la necesidad de comer y la posibilidad de hacerlo se interpone la “libertad” de la ganancia privada. La causa de este gigantesco crimen es la apropiación privada del producto del trabajo que ha generado una concentración de la riqueza brutal. 51 de las 100 entidades económicas más poderosas del planeta son corporaciones multinacionales; las 49 restantes son Estados. Un centenar de las personas más poderosas del planeta concentran tanto dinero como la mitad del mundo. 3000 millones de los 6000 millones que habitan este planeta subsisten con menos de 2 dólares diarios y 1200 millones de personas lo hacen con menos de 1 dólar diario. Un estudio de la ONU sobre la desigualdad en el mundo expresa la barbarie del sistema. Es algo a denunciar urgentemente. Y al mismo tiempo es urgente contribuir a que millones de humanos comprendan la necesidad de cambiar por un sistema que dé solución a las grandes mayorías desposeídas. El mencionado estudio de la ONU dice que hoy el 1 % más rico posee el 40 % de la riqueza del planeta, mientras el 10 % concentra el 85 %. Un total de 189 millones de latinoamericanos viven en la pobreza, un 34% de la población total de unos 550 millones. Según la OCDE se prevé que 39 millones más caerán bajo el nivel de pobreza en América Latina a fines de 2010. La pobreza aumentará casi 7 puntos antes de fines de 2010, debido a que el PBI per cápita cayó 3,6% en 2009 y crecerá un 1,3% el próximo año. El capitalismo significa por su propio desenvolvimiento la exclusión de millones de seres humanos. A nadie le puede sorprender que los comunistas tengamos por objetivo una sociedad sin explotados ni explotadores. Lo hemos defendido históricamente y en todas las circunstancias. En los 90 años de historia comunista en Uruguay siempre hemos estado presentes en cada lucha de nuestro pueblo y fuimos desarrollando una teoría de la revolución uruguaya que se fue verificando en la práctica. Nuestros documentos políticos son públicos y no lo son ni la cantidad de afiliados que tenemos, ni las discusiones internas. No es un tema de secreto sino una forma de organización de un partido que se define como revolucionario. El problema parece ser que para la derecha un partido cuyo objetivo es socialista, marxista leninista, revolucionario, es sinónimo de antidemocrático. Es bueno recordar que mientras el extinto diario “El Día” y los persistentes “El País” y “Búsqueda” le hicieron los mandados a la dictadura fascista cívico militar, los comunistas estábamos en la primera línea de combate por la democracia. Así lo certifican los cientos de presos y exiliados, nuestros compañeros asesinados y desaparecidos. En la lucha clandestina contra la dictadura siempre estuvieron los comunistas, porque frente a cada ataque para “hacernos desaparecer por 50 años” nos reorganizamos. Y quede constancia de que no desconocemos la participación popular de las más diversas tiendas políticas: el pueblo en sí tenía clara la necesidad de su presencia y así se manifestó, como lo recordamos cada año al cumplirse un año más del “Río de la Libertad”, por ejemplo. No fue tampoco casual ni atendiendo a líderes sino a una conciencia que tras años de elaboración política se fue conformando en acumulación de fuerzas y en alianzas auténticamente populares. Hemos defendido la democracia y su profundización porque estamos siempre dispuestos a ampliar la democracia hasta sus últimas consecuencias. Es decir que la democracia sea realmente el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Claro que esto no es lo que quiere la derecha, pues lo que ésta busca históricamente es una democracia restringida y en el mejor de los casos delegativa, que deje en manos de representantes sus derechos renunciando a su participación activa. Se procura enfrentar al PCU al gobierno del FA al que legítimamente consideramos nuestro porque nos es propio tanto como a todo el FA, haciéndonos aparecer como oportunistas. Las críticas que realizamos a los lineamientos generales de la política económica no son nuevas y han sido planteadas fraternalmente en los organismos del FA. En una fuerza política que se ha caracterizado siempre por la discusión franca en el marco de la unidad, nuestro proceder es parte de su propio desarrollo. Quienes le buscan la quinta pata a la sota se olvidan de mencionar que hemos afirmado públicamente que en un balance global del primer gobierno del FA la tendencia fue al avance en democracia, por la ampliación de los derechos democráticos particularmente de los trabajadores y por el mejoramiento de las condiciones de vida de cientos de miles de uruguayos. No se recuerda –según parece- que cuando se atacó a nuestro gobierno desde las clases dominantes estuvimos al pie del cañón en su defensa. No se trata de que estemos confundiendo etapas. Estamos en un país capitalista inserto en un determinado contexto internacional. El FA nunca se definió por el socialismo pero tiene un programa nacional, popular y democrático y ese debe ser el objetivo de nuestro gobierno. Las posturas que defendemos se basan en el programa elaborado por miles de frenteamplistas en las discusiones de los comités de base y aprobado en el “V Congreso Zelmar Michelini”. Hemos realizado enormes progresos pero se trata de seguir avanzando. En el período actual nuestro gobierno deberá transitar un proceso profundizador de los objetivos democráticos contenidos en su programa. No se trata sólo de gobernar para los trabajadores y el pueblo sino fundamentalmente de que sean los trabajadores y el pueblo los que construyan su poder e impriman al gobierno su representación plena. Esto implica el desarrollo de un proyecto alternativo al de las clases dominantes, que no dudamos está en construcción y en ese sentido queremos colaborar con toda la fuerza disponible. La derecha busca que los frenteamplistas nos enfrentemos y nos dividamos. Nosotros seguiremos trabajando por la unidad de la izquierda y el movimiento popular. Seguir avanzando a través del gobierno frenteamplista es un objetivo que los comunistas enarbolamos y construimos, con las dificultades y en relación con las trayectorias históricas. Como marxistas leninistas, tenemos en nuestro país las elaboraciones que en diálogo y debate fraternal han colaborado ampliamente a que la izquierda no sólo llegara al gobierno sino que efectivamente pudiera avanzar en democracia y profundizarla en el sentido popular más amplio a partir del pueblo trabajador. No es otra nuestra brega. Y la intención –que no es ilusoria, pretende y procura acción consecuente- seguramente es compartida por miles de integrantes de nuestro pueblo que se mantienen esperanzados en los mejores auspicios de un gobierno del FA. Más aún –y deseamos que así sea- si con su participación empujan a más democracia y más profunda, en todos los ámbitos en que les compete incidir.

jueves, 24 de junio de 2010

Tácticas y contratácticas (25 de Junio 2010)




Los uruguayos seguimos alegres y esperanzados en nuestra selección futbolística al Mundial. No sólo por los resultados obtenidos sino por la forma de jugar al fútbol y su relacionamiento humano tanto interno como en el ámbito general. Nos gusta que un equipo ponga todo en la cancha pero que al mismo tiempo sea agradable de ver y ofensivo cuando es necesario. En el último partido vimos cómo tácticamente el técnico mexicano intentó aislar primero a nuestro mejor jugador, lo que permitió el desenvolvimiento de los otros delanteros, para posteriormente tratar en el segundo tiempo de arrinconar al equipo celeste con una mayor presión ofensiva. Si bien en algún momento pasamos zozobras, la disciplina y el fervor del equipo celeste permitieron la victoria. En política como en el fútbol las tácticas y contratácticas existen y se utilizan continuamente. Cuando un equipo (o un partido si de política hablamos) ve que su rival avanza trata de detenerlo. Se trata de aislar al rival, erosionando su base social, enfrentándolo a sus aliados y procurando así debilitarlo. Esto es lo que se ha propuesto hacer la derecha respecto del Partido Comunista. En algunos casos el maceramiento constante de algunas de sus ideas hace que las mismas se reflejen en algunos de los discurso de la izquierda.

Repasemos algunas de las últimas ofensivas.

La elección de Ana Olivera para ser candidata a la Intendencia de Montevideo y la votación posterior del FA en la capital han sido utilizados para atacar a la organización de la fuerza política. Se busca una transformación de la estructura que tiene como objetivo desmantelar a los comités de base. La derecha continuamente pone el acento en que los comunistas tienen un peso desmesurado en función de los votos que tienen. Obviamente no ponen arriba de la mesa la discusión de la importancia que tienen los organismos de base del FA en la construcción y el desarrollo del bloque político social, radical, de los cambios. La definición del gabinete de la futura intendenta ha sido el eje de la tormenta en las últimas semanas. En los medios de prensa se manejaban un sinnúmero de nombres para las distintas responsabilidades. Se daba por definido que la Secretaría General de la IMM pertenecería al partido de la Intendenta y se trataba de asustar con la llegada de un gabinete “rojo”. Lo que la prensa “prefería” olvidar es que en el Ministerio que los comunistas tuvieron la responsabilidad de dirigir durante el gobierno de Tabaré Vázquez, el gabinete fue “frenteamplista” en su composición (es decir, no regido por cuotas política. No puede sorprender a nadie que esta concepción se vuelva a repetir. Ahora el caballito de batalla de la derecha es enfrentar al PCU con el gobierno frenteamplista respecto de la política económica a llevar adelante. Se busca posicionar al PCU como el único sector que plantea críticas al Ministerio de Economía. Olvidan que el conjunto del movimiento popular ha reivindicando un cambio de los ejes de la política económica desde hace tiempo, como está expresado en los documentos del PIT CNT o en las resoluciones del Segundo Congreso del Pueblo. Planteos que han sido respaldados por movilizaciones masivas demostradas fehacientemente el 9 de junio pasado. Las diferencias sustanciales del PCU respecto de los ejes de la política económica llevada adelante por el gobierno de FA comienzan en el 2005. Se basan esencialmente en la necesidad imperiosa de desarrollar un país productivo con justicia social que no puede concretarse mientras los ejes económicos estén marcados por el equilibrio fiscal, el pago escrupuloso de los compromisos internacionales, el reforzamiento de un modelo agroexportador y el hincapié en la inversión extranjera directa. El tema de fondo se encuentra en cómo se produce, concentra y distribuye la riqueza a la interna de la sociedad. En tal sentido, tal como se viene planteando la política económica, se sigue manteniendo la misma concentración de la riqueza que se daba en períodos anteriores. Los fenómenos de concentración, centralización y extranjerización se dan en cadenas importantes del sector agroexportador: forestación, carne, soja, arroz, lechería. La mayoría de esas inversiones se producen sobre industrias ya en marcha, vienen a comprar empresas en funcionamiento, de gran rentabilidad y, en lo posible, monopólicas u oligopólicas. No hay que confundir el hecho de que la mayoría de la población viva un poco mejor que antes de asumir el gobierno del FA, -lo cual es cierto-, con la redistribución justa de la riqueza. Hay un aumento de la riqueza global que se puede demostrar por el crecimiento del PBI o por la recuperación de la productividad industrial a índices anteriores a la crisis de 2002. Sin embargo, el salario real de los trabajadores no se ha recuperado en el mismo porcentaje. Incluso en las proyecciones que se han hecho, el salario crecería a un porcentaje mejor que el conjunto de la economía. Es decir que será mayor la cantidad de plusvalor que la clase dominante se apropiará. Esta forma de crecimiento económico beneficia esencialmente al sector agroexportador y sus límites están en los precios que se obtengan en los mercados internacionales. Sumado a ello la acción económica del sector exportador se hace sentir sobre el conjunto de la población que tiene que pagar a precios internacionales productos básicos como la leche y la carne (cuyo precio al consumo sigue subiendo). Se busca mantener altas tasas de ganancia aprovechando la actual- y provisoria- coyuntura de precios altos de nuestras materias primas. No es casual que veamos a la derecha intentando estigmatizar al movimiento popular mostrándolo como la causante de la suba de precios en algunos productos o en la falta de dinamismo de la economía. La intención activa de la patronal de CONAPROLE de atacar al sindicato tampoco es una casualidad. Es parte de un discurso que trata de ocultar los intereses de clase que existen en la sociedad. Frente a esta situación se hace imperioso el cambio de la política económica para desarrollar plenamente el país productivo con justicia social y profundidad democrática.

Las críticas no son nuevas y se basan en el programa del FA.

Por más que la derecha pretenda aislar al PCU, hace 90 años que estamos insertos en el pueblo. Nuestros compañeros frenteamplistas saben que nos van a encontrar siempre en la primera línea de combate cuando se ataque a nuestra fuerza política y a nuestro gobierno. No obstante, ello no implica en ninguna circunstancia que nos callemos las diferencias ni que reneguemos del debate necesario. La unidad de la izquierda se construyó en la discusión fraterna, en la unidad de acción en torno a un programa de cambios, surgido siempre del debate franco al que no renunciamos ni renunciaremos. Que la derecha siga con su juego de intentar aislarnos. Sus motivos tienen, porque el asunto de fondo son los intereses de clase. Por las mismas razones, aunque antagónicas, nosotros seguiremos con nuestros objetivos que no son otros sino los que desde su fundación motivaron al Frente Amplio: profundizar la democracia hasta el mayor límite alcanzable.

viernes, 18 de junio de 2010

Ganar todos los campeonatos (18 de Junio 2010)




Esta semana los uruguayos nos quedamos roncos de gritar los tres goles de nuestra selección. Escépticos y críticos con nuestra actuación en la copa del mundo como siempre, no dejamos de ilusionarnos cada vez que la celeste pisa una cancha de fútbol. El país parece paralizarse durante los 90 minutos en que la “reina” circula por el campo de juego y eso no hace más que reflejar cómo el deporte traído por los ingleses a finales del siglo XIX se ha convertido en una parte destacada de nuestra cultura. El fútbol, el deporte-rey, gobierna las pantallas de los televisores del mundo entero. Un gran despliegue que más allá de los apasionamientos provocados es obvio que resulta jugosamente aprovechable para quienes intentan ocultar las consecuencias de la crisis europea o la criminal acción del gobierno israelí. Antecedentes sobran, aquí también. Los gobiernos de los llamados partidos tradicionales se amparaban en la euforia del país para imponer un aumento de tarifas o un fiscalazo. Hoy, que no controlan la administración del Estado, están tratando de aprovecharse en este mes para imponer sus ideas. Así buscarán restringir la inversión del Estado en el futuro Presupuesto Nacional o limitar lo más posible los derechos de los trabajadores en las negociaciones de los consejos de salarios. Lo que resulta paradójico es que quienes han criticado nuestro relacionamiento con la región ahora busquen una mayor representación en el PARLASUR. En estos días el Partido Colorado presentará un recurso ante la Corte Suprema por no estar de acuerdo con la forma en que se distribuyeron los representantes. Pretendían que nuestro gobierno quedara en minoría. Los que fueron “artíficies” de gobernar excluyendo al FA de todos los organismos de gobierno, de toda representación. Notemos cómo han criticado las medidas de nuestro gobierno en estos 100 días de afianzamiento de las relaciones con la región. Quieren que nos asociemos a EEUU, el mismo país imperialista que se arroga el derecho de ser la policía mundial. Estos mandaderos locales, frente al interrogatorio a la que se expuso a una funcionaria del actual Ministerio de Defensa en el aeropuerto de Miami, argumentan que hay que “ver todos los elementos” antes de tomar alguna acción ante el atropello. Por supuesto, no nos sorprende porque bien conocemos sus históricas genuflexiones ante el imperialismo del Norte. Su objetivo es evitar que nuestro gobierno desarrolle el programa nacional, popular y democrático que tiene el FA. Esto siempre hay que tenerlo presente, más aún en estos días en que los frenteamplistas comenzarán a discutir los acuerdos a que se llegó en las comisiones interpartidarias. Nuestro legítimo seguimiento de la selección y del mundial en tanto expresión deportiva, no puede hacernos perder de vista que en estos documentos los llamados partidos tradicionales pretenden introducir la mayoría de sus ideas. En temas claves como energía, educación o defensa entre otros, son varias nuestras discrepancias con algunos de los acuerdos mencionados. Un alto en la pantalla, la reunión de amigos en el boliche para compartir las incidencias futboleras, es imprescindible. Repasemos con cuidado el programa del Congreso Zelmar Michelini base fundamental para un protagonismo decisivo en estas horas y en perspectiva estratégica. Allí está claro que el Estado cumplirá funciones de “(…) conductor, regulador social y emprendedor. En otros términos, funcional a un programa de crecimiento, distribución de la riqueza, modernización, democratización y de inclusión social. En síntesis, un Estado que debe ser recuperado para cumplir adecuadamente el rol orientador del desarrollo nacional”. Un Estado que “ (…)es el producto y la manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clases. El Estado debe ser controlador, generador, impulsor, e inversionista de la economía. Así como regulador de la actividad privada a través por ejemplo de créditos al pequeño y mediano productor y comerciante cuyos fines acompañen el país productivo con justicia social. De lo que se trata entonces es de construir un Estado de nuevo tipo, al servicio de otro bloque de poder y de otro modo de producción. Entonces el mantenimiento y fortalecimiento de las empresas públicas (gestión) en manos del Estado es un elemento imprescindible de la soberanía e instrumento esencial para el desarrollo del país”. Este vienes llegamos a nuestro número 100 luego de 2 años de salir como “El popular”. 100 números que merecen festejarse pues son producto de todos quienes tienen parte en su desarrollo: aquellos que lo leen y lo difunden, aquellos que nos critican y nos apoyan, aquellos que en cada edición nos aportan ideas y artículos. “El Popular” es elaborado todas las semanas por un conjunto de esforzados compañeros. Todavía nos falta mucho por corregir, por mejorar, pero seguimos trabajando para que cada edición trate de aportar a la construcción del bloque político, social, radical de los cambios.
Gracias por acompañarnos.

jueves, 10 de junio de 2010

La clase obrera y su paraíso. (11 de Junio 2010)




Muchos hemos tenido la ocasión de ver la película cuyo título y contenido remiten a la clase obrera y su búsqueda del paraíso. “La clase obrera va al paraíso” nos mostraba con toda la crudeza del caso, la construcción de la conciencia de clase, dramática por cierto pero que da lugar a expectativas que no son meros sueños, en cuanto el aludido paraíso se edifica a su vez desde esa conciencia. Menor número –o mayor, porque el tiempo pasa y las políticas regresivas también- es el de los que no han visto tal película, no han vivido esos momentos, y sin embargo sufrieron la incidencia de esas políticas y viven a diario su condición principal. Son los asalariados, los trabajadores que cotidianamente enfrentan su situación familiar y personal y por tanto bregan por las salidas conjuntas, de clase. Porque sin duda la lucha de clases sigue existiendo, así como la necesidad del férreo nucleamiento de los trabajadores para su subsistencia. Con esa convicción fundamental el reciente 9 de junio, en un llamado de la central sindical a paro parcial con movilización, mostraron con hidalguía su presencia a lo largo de 18 de Julio hasta el acto central en la Plaza Cagancha. No faltaron en horas previas las “consultas” mediáticas de dudosa o nula validez, en tanto fueron contradichas por la presencia masiva en la movilización que acompañó al paro. No será posible avalar las mencionadas encuestas si se tiene en cuenta la presencia de los sindicatos en la marcha, el acto concretado en la Plaza Cagancha e incluso la posterior marcha de la Educación que pasó por el Ministerio de Economía y culminó en el CODICEN. Es preciso señalar, en el cuadro general al que siempre hacemos mención, que en este país la clase obrera y todos los asalariados responden a su organización central, el PIT CNT. Que nadie dude de ello y si lo hace que se arrime a sus manifestaciones. Fueron capaces algunos medios masivos de enfatizar el carácter “montevideano” de la movilización. Podemos afirmar que no existió tal cosa, pues los sindicatos nacionales tuvieron destacable presencia de compañeros de distintos puntos del Interior. Pero lo importante sin duda fueron los planteos que refirieron –desde las consignas, los carteles y los discursos- a alertas severas que desde su independencia de clase los trabajadores realizaron, al gobierno, a las cámaras empresariales y a la sociedad en su conjunto. Porque tal como bien lo ha definido el movimiento sindical, la mencionada independencia nada tiene que ver con la prescindencia. Los trabajadores organizados son responsables y así se manifiestan. Defienden su salario, su fuente laboral, el respeto por su labor y también por su vida cotidiana, su salud, su vivienda, su educación y la de sus hijos. No faltan quienes por desconocimiento o mala intención, cometen la falacia de atribuir al pueblo trabajador –en el que desde luego se incluyen los jubilados, también los excluidos del “mercado de trabajo” empujados a la desesperación- actitudes que según los falaces aludidos están reñidas con la independencia. “¿Cómo se permiten los trabajadores opinar de política?” Algo así como “zapatero a tus zapatos”. “Tú, trabajador privado o público, dedícate a “laburar”. Déjales a quienes integran lo que llaman “clase política”???, (no conocemos la existencia de tal categorización) que se dediquen a esos asuntos”. Aunque sea un ABC en la escuela primaria de las relaciones laborales, no está demás insistir que el “mundo del trabajo”, que tiene su historia larga, nunca podrá estar separado de las relaciones políticas que aborda una sociedad. Al respecto, este pueblo, como bien se dijo en la oratoria del miércoles 9, se pronunció por un programa de cambios profundos. Programa que a nivel político coincide en grado prácticamente unánime con el que ha elaborado la organización de los trabajadores. Y es por ese programa, por su cumplimiento e involucrándose como protagonista porque es su deber, que el movimiento sindical lucha y lo seguirá haciendo. Es su deber y su derecho. También frente a este gobierno cuyo deber fundamental, a su vez, es llevar adelante, sin contradicciones o a pesar de las que surjan en el devenir político, ese programa. Rescatamos como sustancial que se hayan remarcado en este magnífico acto y ante la inminencia del Presupuesto Quinquenal, no sólo las reivindicaciones salariales sino el reclamo por el programa. Sobre todo porque incluye las propuestas de salida a los problemas de la clase obrera, los asalariados, los jubilados, el pueblo en sus diversas manifestaciones expresadas en un II Congreso del Pueblo. Casi un símbolo de lo que estamos diciendo fue el encabezamiento de la movilización: los obreros de Metzen y Sena que se esmeran en la construcción de una salida asumiendo la responsabilidad que no logran tener quienes desde las cámaras empresariales emprenden “lucha injuriosa” por sus propios intereses, que son los del bloque dominante que integran. Es sí un alerta. Como lo fueron otras expresiones en momentos electorales. Tengamos presente que cuando lo que se produce es una fotocopia del original neoliberal, se corre el riesgo de que una sociedad opte por el original (experiencia de Chile mediante, como se señaló en la oratoria del acto del 9 de junio). Ciertamente es legítimo el llamado de los trabajadores organizados a luchar y construir, con involucramiento activo, una sociedad que avanzando y profundizando la democracia, sin renuncias ni confusiones, tenga como protagonistas principales a los integrantes del pueblo, sus trabajadores de ayer y de hoy en primer lugar, sean privados o públicos, para llegar al poder popular. Teniendo claro que todavía no lo tenemos y que la prioridad es bregar por alcanzarlo.

viernes, 4 de junio de 2010

La ley de Goliat ¿el más fuerte? (4 de Junio 2010)

La agresión brutal de los comandos israelíes a la “flotilla de la libertad” no merece más que el repudio internacional. En los seis barcos que componían la flota, cuyo claro objetivo era la solidaridad humanitaria, viajaban unas 700 personas. Todas ellas se habían unido para hacer llegar ayuda a la población de Gaza.
Al momento se sabe que existen por lo menos 10 civiles asesinados y más de 50 gravemente heridos. A ello se suma la deportación en estos días de los demás tripulantes, aunque se sigue manteniendo cautivos a los palestinos de origen israelí en condiciones “desconocidas”.
Este acontecimiento sangriento es una muestra de la continua agresión que el gobierno de Israel realiza sobre Gaza y que le ha costado la vida a miles de palestinos. Sin embargo las autoridades israelíes procuran mostrar a las víctimas del ataque como los grandes culpables.
El gobierno de Israel actúa nuevamente con impunidad, envalentonado por el respaldo incondicional que de hecho tiene de EEUU. Para muestra basta ver cómo ambas naciones votan juntas en la ONU o en cualquier organismo internacional.
Si en la década de los 90 había quienes negaban o relativizaban la existencia del imperialismo no sólo como categoría de análisis sino también como realidad concreta, favorecidos por el avance del pensamiento único, hoy no pueden seguir ocultando los intereses que denotan en estas y otras tantas acciones guerreristas. Tampoco pueden seguir defendiendo que la política exterior de Obama es distinta a la que llevó adelante George Bush jr, tanto en su actuación como en la política de alianzas.
Este nuevo atropello es una demostración cabal de la aplicación de la ley de la selva en el ámbito internacional, según la cual el más fuerte sobrevive e impone sus reglas (porque los que no están conmigo están en mi contra).
Por ser la del capitalismo, es la idea que prevalece en las clases dominantes de nuestro país y así se puede desprender de sus acciones cotidianas.
Nótese cuál es el planteo de la patronal en el conflicto en CONAPROLE. La empresa pasa a juez a un conjunto de trabajadores por apropiarse de dinero en las transacciones comerciales, de los cuales algunos son encontrados culpables de hechos delictivos y son echados de su trabajo. Sin embargo el conflicto se produce cuando se despide a un trabajador al cual la justicia encontró inocente.
Los sindicatos han defendido siempre el derecho de sus trabajadores frente a la injusticia que se produce en una sociedad dividida en clases; incluso lo hacen legítimamente enfrentándose a los poderes del Estado. No fue precisamente éste el caso, pues como han declarado los dirigentes de AOEC ya han existido otros despidos en la empresa y el sindicato no tomó ninguna medida. Lo grave es que se quiere matrizar en la población, dándolo como un hecho, la existencia de una “corporación” que presiona para que se deje trabajando a alguien que según ellos –no la Justicia- delinquió. Al mismo tiempo se busca culpabilizar a los trabajadores por la falta de leche en el mercado.
La empresa quiere doblegar al sindicato, quiere imprimir la ley del más fuerte y por ello parece no aceptar ninguna de las propuestas del Ministerio de Trabajo.
Por otra parte, no debe resultarnos extraño que en este mes, en que se comienza a discutir y elaborar el Presupuesto Quinquenal, el objeto de culpabilización sean los funcionarios públicos.
Recordemos que cualquier mejora en los ingresos de los empleados públicos tiene consecuencias directas sobre el ingreso del conjunto de los trabajadores. Pero lo más importante a tener en cuenta es el objetivo principal de las clases dominantes: aumentar su tasa de ganancia. A pesar de que sus ganancias, por más que repitan quejas continuas, no han disminuido durante los años de gobierno de FA.
¿Cómo operan en nuestro ámbito y en las actuales circunstancias? En primer lugar intentarán que la ronda de Consejos de Salarios no mejore la distribución de la riqueza. Buscan que la misma finalice sin mejorar las condiciones laborales y de vida de los trabajadores. En segundo lugar presionan y seguirán haciéndolo para que el Estado vuelva a restringir su actuación en la vida económica del país. Ansían un Estado que no profundice la calidad de la democracia en el país, que no invierta en educación, en vivienda y en el desarrollo productivo.
Se acercan meses en donde se profundizaran las contradicciones sociales en torno al reparto de la riqueza. Se necesita seguir trabajado para la organización y movilización de los trabajadores y el pueblo uruguayo por un proyecto de país productivo con justicia social y profundización democrática.
De ahí que a nuestro gobierno actual se impone requerirle medidas concretas que se guíen por lo expresado en el programa del FA. Porque sigue vigente la contradicción principal en la actual coyuntura: o se construye un país productivo con justicia social y profundización democrática o, de lo contrario, tendremos mayor dependencia.
En tanto nos disponemos a enfrentar esa contradicción fundamental, estamos dispuestos –y convocamos en ese sentido- a desplegar al máximo la capacidad de acción en todos los ámbitos del bloque político y social, democrático radical de los cambios. En el gobierno. En el Frente Amplio como coalición de sectores políticos y organismos de base. En el movimiento social todo: trabajadores, jubilados, estudiantes, profesionales, pueblo uruguayo en definitiva.
Hacerlo así requiere la aplicación del programa de cambios en la perspectiva de profundizar la democracia. Hacia una democracia avanzada como vía que nos aproxime a la necesaria sociedad sin explotados ni explotadores.
Porque Goliat no puede ganar el combate.