viernes, 18 de junio de 2010

Ganar todos los campeonatos (18 de Junio 2010)




Esta semana los uruguayos nos quedamos roncos de gritar los tres goles de nuestra selección. Escépticos y críticos con nuestra actuación en la copa del mundo como siempre, no dejamos de ilusionarnos cada vez que la celeste pisa una cancha de fútbol. El país parece paralizarse durante los 90 minutos en que la “reina” circula por el campo de juego y eso no hace más que reflejar cómo el deporte traído por los ingleses a finales del siglo XIX se ha convertido en una parte destacada de nuestra cultura. El fútbol, el deporte-rey, gobierna las pantallas de los televisores del mundo entero. Un gran despliegue que más allá de los apasionamientos provocados es obvio que resulta jugosamente aprovechable para quienes intentan ocultar las consecuencias de la crisis europea o la criminal acción del gobierno israelí. Antecedentes sobran, aquí también. Los gobiernos de los llamados partidos tradicionales se amparaban en la euforia del país para imponer un aumento de tarifas o un fiscalazo. Hoy, que no controlan la administración del Estado, están tratando de aprovecharse en este mes para imponer sus ideas. Así buscarán restringir la inversión del Estado en el futuro Presupuesto Nacional o limitar lo más posible los derechos de los trabajadores en las negociaciones de los consejos de salarios. Lo que resulta paradójico es que quienes han criticado nuestro relacionamiento con la región ahora busquen una mayor representación en el PARLASUR. En estos días el Partido Colorado presentará un recurso ante la Corte Suprema por no estar de acuerdo con la forma en que se distribuyeron los representantes. Pretendían que nuestro gobierno quedara en minoría. Los que fueron “artíficies” de gobernar excluyendo al FA de todos los organismos de gobierno, de toda representación. Notemos cómo han criticado las medidas de nuestro gobierno en estos 100 días de afianzamiento de las relaciones con la región. Quieren que nos asociemos a EEUU, el mismo país imperialista que se arroga el derecho de ser la policía mundial. Estos mandaderos locales, frente al interrogatorio a la que se expuso a una funcionaria del actual Ministerio de Defensa en el aeropuerto de Miami, argumentan que hay que “ver todos los elementos” antes de tomar alguna acción ante el atropello. Por supuesto, no nos sorprende porque bien conocemos sus históricas genuflexiones ante el imperialismo del Norte. Su objetivo es evitar que nuestro gobierno desarrolle el programa nacional, popular y democrático que tiene el FA. Esto siempre hay que tenerlo presente, más aún en estos días en que los frenteamplistas comenzarán a discutir los acuerdos a que se llegó en las comisiones interpartidarias. Nuestro legítimo seguimiento de la selección y del mundial en tanto expresión deportiva, no puede hacernos perder de vista que en estos documentos los llamados partidos tradicionales pretenden introducir la mayoría de sus ideas. En temas claves como energía, educación o defensa entre otros, son varias nuestras discrepancias con algunos de los acuerdos mencionados. Un alto en la pantalla, la reunión de amigos en el boliche para compartir las incidencias futboleras, es imprescindible. Repasemos con cuidado el programa del Congreso Zelmar Michelini base fundamental para un protagonismo decisivo en estas horas y en perspectiva estratégica. Allí está claro que el Estado cumplirá funciones de “(…) conductor, regulador social y emprendedor. En otros términos, funcional a un programa de crecimiento, distribución de la riqueza, modernización, democratización y de inclusión social. En síntesis, un Estado que debe ser recuperado para cumplir adecuadamente el rol orientador del desarrollo nacional”. Un Estado que “ (…)es el producto y la manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clases. El Estado debe ser controlador, generador, impulsor, e inversionista de la economía. Así como regulador de la actividad privada a través por ejemplo de créditos al pequeño y mediano productor y comerciante cuyos fines acompañen el país productivo con justicia social. De lo que se trata entonces es de construir un Estado de nuevo tipo, al servicio de otro bloque de poder y de otro modo de producción. Entonces el mantenimiento y fortalecimiento de las empresas públicas (gestión) en manos del Estado es un elemento imprescindible de la soberanía e instrumento esencial para el desarrollo del país”. Este vienes llegamos a nuestro número 100 luego de 2 años de salir como “El popular”. 100 números que merecen festejarse pues son producto de todos quienes tienen parte en su desarrollo: aquellos que lo leen y lo difunden, aquellos que nos critican y nos apoyan, aquellos que en cada edición nos aportan ideas y artículos. “El Popular” es elaborado todas las semanas por un conjunto de esforzados compañeros. Todavía nos falta mucho por corregir, por mejorar, pero seguimos trabajando para que cada edición trate de aportar a la construcción del bloque político, social, radical de los cambios.
Gracias por acompañarnos.

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