viernes, 26 de marzo de 2010

El papel activo del estado (26/3/2010)

 
 
Actualmente se define en diferentes ámbitos y de forma casi natural a la economía como “la ciencia de administrar recursos escasos”. La definición tiene una fuerte carga ideológica, que condiciona el accionar. Se nos hace creer que nos encontramos frente a un planeta o un país que no tiene bienes suficientes para cubrir las necesidades de los individuos. Personas que para los economistas que se afilian a esta definición son “insaciables” a la hora de querer satisfacer sus necesidades.

Esta peregrina definición que se puso en boga en los 90, a partir de la hegemonía del pensamiento único en los ámbitos académicos, es la base sobre la que después se pretende fundamentar que “no es conveniente que el Estado gaste en demasía”. Se argumenta que hay que ser cautelosos y administrar adecuadamente los escasos recursos con los que se cuenta. No se menciona que hoy la humanidad produce recursos alimenticios para abastecer tres veces la población mundial y que el avance científico-técnico permitiría reducir la jornada laboral a la mitad sin detrimento de la producción e incorporando al mundo del trabajo a los centenares de miles de excluidos. Obviamente este mundo posible no es realizable dentro del sistema capitalista. Porque el capitalismo es por definición un modo de producción desigual, en donde existe una clase social que es dueña de los medios de producción y que se apropia de la riqueza generada por los trabajadores. El Estado, en tanto instrumento de la clase dominante, (y no olvidemos cuál sigue siendo la clase dominante, más allá del cambio de gobierno) no está exento de estas contradicciones, pues la lucha de clases atraviesa toda su estructura. En el caso uruguayo esto es más visible con el cambio que significó la llegada de la izquierda al gobierno. El sentido que tomen las acciones de gobierno no está al margen de las presiones que realizan las clases en pugna. Por eso mismo nada asombra el revuelo que causó la propuesta del Presidente de la República de usar parte de las reservas del Banco Central para invertir en la construcción de viviendas y de escuelas. Los dirigentes blancos salieron a criticar la propuesta por considerarla que daría “una mala imagen del país en el exterior” y compararon esta situación con la vivida durante el gobierno de Jorge Batlle. Su sugerencia ha sido que el Estado podría contraer una deuda a largo plazo y bajos intereses con los organismos internacionales para cubrir las necesidades de viviendas y escuelas. Cualquier vecino se preguntaría por qué debe endeudarse el país si se tienen rubros suficientes para hacer la inversión, sin que ello le produzca un desbalance en las cuentas. O por qué estos mismos representantes de las clases dominantes no dudaron en comprar bancos fundidos o dar préstamos impagables a los grandes propietarios del país con los mismos recursos a los que hoy ponen peros. En la oposición, los colorados han sido más cautos, consecuentes con su intento visible de cambiar una imagen estrepitosamente venida a menos. Por ejemplo, en esta semana Pedro Bordaberry visitaba el PIT CNT para dialogar y llegar a acuerdos para impulsar temas en común. ¡Y reclamó públicamente que nuestro gobierno no debe pensar tanto en la inversión sino dar prioridad al empleo! Pareciera que los uruguayos deberíamos dar una carta de confianza al mismo partido que cuando en los últimos años estuvo en el gobierno atacó de todos los modos posibles los intereses de los asalariados. Tendríamos que olvidar que en sus filas tienen dirigentes que se ufanaron de no haber perdido ninguna huelga. ¿O será que Pedro (Bordaberry) intenta generar una cortina de humo que tape la condena a 30 años de cárcel de su padre como dictador? Nadie es culpable de los hechos de sus progenitores, pero Pedro (Bordaberry hijo) jamás ha condenado el golpe de Estado. No ha faltado el argumento de que la propuesta de Mujica es semejante a la situación argentina y que se nota la falta de un “Banco Central independiente”. Obviamente para ellos, que lo quisieron privatizar, el quid es la independencia del Banco Central… independiente respecto de los intereses del pueblo. Nuestra fuerza política tiene un programa de gobierno elaborado por el conjunto de sus integrantes y la propuesta del compañero Presidente está en clara consonancia con el programa del FA: “La estabilidad es importante pero no es un fin en sí mismo, por ello es necesaria su compatibilidad con las otras políticas, sectoriales, territoriales, sociales que apuntan al logro de otros objetivos igualmente importantes, como la estructura productiva, la equidad en el desarrollo territorial y la atención de la problemática social”. “Para construir y llevar adelante una estrategia nacional a mediano y largo plazo es imprescindible que las políticas macroeconómicas tanto en sus cuestiones generales, como en sus planteos concretos se ajusten a los objetivos de dicha estrategia, de tal forma estarán al servicio del proyecto. Uno de los ejes centrales de la construcción de este proyecto son los recursos. La renegociación de los intereses de deuda con los acreedores privados y los organismos multilaterales de crédito deberá realizarse de forma tal de no poner en riesgo el desarrollo nacional y sus objetivos estratégicos; asimismo no se incrementará la carga fiscal en los sectores de menos recursos. El crecimiento económico de largo plazo está asociado a políticas macroeconómicas estables y sostenibles, basadas en los principios de responsabilidad fiscal, flexibilidad cambiaria, mantenimiento de tasas de inflación bajas, sin dejar de atender la problemática de competitividad y la generación del adecuado clima de negocios que requiere la inversión y el crecimiento de la actividad económica. Por otro lado una economía equilibrada significa una defensa frente a las inestabilidades de los mercados internacionales y regionales por lo cual mantenerla implica dar mayor seguridad interna frente a impactos externos adversos”. (V Congreso Extraordinario “Zelmar Michelini”) El objetivo es generar miles de viviendas para los hombres y mujeres uruguayos y sus familias, que viven hoy precariamente y crear las escuelas que permitan que nuestros niños puedan aprender en mejores condiciones. La concreción de esta inversión en un sector dinámico de la economía como es la construcción, generará, al mismo tiempo, en forma directa o indirecta miles de empleos, con el consabido aumento del consumo en el mercado interno. Es un ejemplo de política proactiva y anticíclica que compartimos plenamente. A los cautelosos debemos recordarles que se trata de utilizar sólo una parte de las reservas disponibles.1 Lo que está en juego es el papel del Estado en el próximo período.


(notas) 1 El BCU tiene unos activos de reserva que totalizan unos US$ 8.094 millones. De los cuales puede llegar a utilizar en concreto unos US$ 3.650 millones y de ellos se podría utilizar unos 700 millones. Y si a alguien le sorprenden las cifras, las mismas están tomadas del diario “El Pais”

viernes, 19 de marzo de 2010

Editorial 19 de Marzo 2010



La historia reciente es un campo de batalla permanente de las clases en pugna. Conocer el pasado nos permite entender el presente y transformarlo en un sentido liberador. Por ello desde siempre las clases dominantes han buscado deformar la historia.
Hace unas semanas, en un histórico fallo, la justicia uruguaya sentenció al ex dictador Juan María Bordaberry por los crímenes cometidos bajo su mandato y por su pleno conocimiento del accionar coordinado en torno al Plan Cóndor. El dictamen, en su fundamento, tira por tierra el manido argumento de los “dos demonios”.
El Uruguay fue sometido a una dictadura fascista durante casi 12 años. Dictadura cívico-militar cuyo objetivo fue cortar a sangre y fuego el avance en la acumulación de fuerzas que nuestro pueblo venía haciendo a nivel social y político. El golpe de Estado y la dictadura fueron producto de la acción conjunta y planificada por parte del gobierno de EE.UU, la oligarquía local, los sectores ultraderechistas de los llamados partidos tradicionales, y los mandos militares fascistas. Mandos militares que fueron, en gran parte, educados en escuelas estadounidenses, durante los años previos. Las clases dominantes usaron el aparato del Estado para quebrantar las libertades, masacrando en forma sistemática a los trabajadores y el pueblo, al Frente Amplio y a los sectores democráticos del Partido Nacional y el Partido Colorado.
No existió una guerra sino el ejercicio del terrorismo de Estado con la finalidad de aplicar la estrategia neoliberal aumentando la tasa de ganancia, y evitar cualquier forma de resistencia a esos fines. Los objetivos perseguidos fueron causa de que la deuda externa se multiplicase por diez (pasó de 560 millones de dólares a casi 5600), y que al mismo tiempo se generase una brutal redistribución de la riqueza a favor de los grandes grupos económicos y trasnacionales, en desmedro de los trabajadores y jubilados.
Durante ese período el Estado disminuyó sensiblemente su participación en las políticas sociales.
El pueblo uruguayo resistió de múltiples formas la dictadura, particularmente a través de la CNT y el FA. Se vivió más de una década de represión, oscurantismoy violencia brutal que produjo decenas de miles de exiliados y despedidos, cerca de 11.000 presos (muchos de ellos salvajemente torturados), más de 200
desaparecidos, más de 170 muertos.
Por tanto, las familias de decenas de miles de uruguayos fueron afectadas. En particular, el PCU y la UJC fueron blanco permanente de la dictadura. Los comunistas podemos afirmar orgullosamente que, como parte de nuestro pueblo, luchamos cada día de la dictadura. Mantuvimos nuestra prensa pese a la represión (la “carta” clandestina, la revista Estudios editada en el exterior). También sostuvimos los vínculos con los trabajadores y el pueblo, poniendo nuestra organización al servicio de la lucha por la libertad, la democracia,
y los derechos populares. El costo fue inmenso para los comunistas: más de 6.000 presos y torturados, 37 asesinados, más de 30 desaparecidos y miles de exiliados. Por esa actitud y el sacrificio que significó, se nos designa con justicia como “Partido de la resistencia”.
En diciembre del 2008 en el V Congreso Extraordinario del FA “Zelmar Michelini” se reconocía que nuestro primer gobierno había “(…) cumplido con el artículo 4° de la Ley de Caducidad, que obliga a investigar los delitos denunciados y se ha habilitando la acción de la Justicia a través de una interpretación diferente de la ley de caducidad, representando esto un avance significativo, aunque queda mucho por hacer, en materia de verdad y justicia y en el respeto a los derechos fundamentales.
La democracia se fortaleció en nuestro país también en este plano y el respaldo popular que tuvo la acción del gobierno y el Poder Judicial desmintió décadas de amedrentamiento”. Al mismo tiempo se asumía el compromiso de dejar atrás “la cultura de la impunidad que ha impregnado el accionar de los gobiernos luego de recuperada la democracia(…) y en su lugar se forjará una cultura en el respeto a los derechos humanos para lo cual es imprescindible cumplir con el mandato del Congreso anterior de adecuar “la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país”, incluyendo la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, principal estamento de impunidad.
La búsqueda de toda la verdad y de los restos de los desaparecidos no admitirá descanso, para lo cual se impone asignar esta función a una institución dotada de recursos materiales y humanos suficientes para una tarea de esta envergadura.
De más de doscientos desaparecidos se han recuperado solamente los restos de siete y se resolvieron judicialmente trece casos. Y sigue dando las mismas inaceptables respuestas, ante la opinión pública y ante los jueces: que “no saben”, que “no se acuerdan”. Esa es nuestra verdad de hoy. En nuestro país, aún no se han curado las heridas porque tenemos una verdad recortada, porque no se puede recordar lo que resta por saber y porque aún no se ha hecho toda la justicia a que tienen derecho las víctimas del terrorismo de Estado. Es necesario asumir que la tarea pendiente sigue siendo enorme. El no haber conseguido la mayoría de votos necesarios para anular la Ley de Caducidad no impide que se siga cumpliendo con el articulado de la misma.
Los comunistas seguiremos peleando sin descanso, en todos los ámbitos donde participamos, por la verdad y la justicia, tal como lo impone el programa de nuestro Frente Amplio.

viernes, 12 de marzo de 2010

Editorial (12 de Marzo 2010)



En las últimas dos décadas América
se ha convertido en una esperanza
para miles de hombres y
mujeres que pelean por la concreción
de un mundo diferente.
Los procesos avanzados que se
llevan adelante en el continente,
sus distintas experiencias llenas
de ricas complejidades y contradicciones,
han permitido el desarrollo
teórico en torno al abordaje
del socialismo del siglo XXI.
Como contrapartida la gran burguesía
trasnacional, a través de los estados
imperialistas ha estado generando
sistemáticamente contraofensivas, en todos
los niveles, para ahogar o cercenar los
avances que se logran a partir de las luchas
de los pueblos.
No debe sorprendernos que la OEA, antigua
niña mimada de EEUU, se encuentre
cuestionada por la derecha internacional y
nacional. Esto comenzó a suceder a partir
del momento en que los países integrantes
de dicha organización mostraron cada
vez más una postura independiente de los
intereses del gigante del norte. Hay que recordar
cómo se criticó la aprobación de la
reinserción de Cuba en la OEA; o la postura
de defensa de los procesos democráticos
ante los intentos y la ejecución de los golpes
de Estado en la región. Los medios de
prensa que responden a los intereses
imperialistas han iniciado una campaña de
desprestigio ante la reelección de Insulza a
la cabeza del organismo, no por sus ideas
revolucionarias, ya que es un claro socialdemócrata,
sino porque “ha sido demasiado
condescendiente con los gobierno de izquierda”.
Que la derecha de EEUU busque un nuevo
chivo expiatorio no es casual. El ubicar nuevamente
al enemigo externo en su patio trasero,
ante el fracaso en la opinión pública
de su accionar en Medio Oriente, tiene como
objetivo buscar un nuevo impulso a su industria
militar y al mismo tiempo desviar la
atención de la creciente desocupación que
afecta al pueblo norteamericano. Hay que
tener presente que hoy se está discutiendo
la extensión de las actas represivas
instauradas durante el gobierno de Bush, lo
que da por tierra las últimas esperanzas que
algunos tenían sobre el gobierno de Obama.
En este marco es saludable que nuestro gobierno
profundice su relación regional. Como
afirmó el compañero Presidente, “el
MERCOSUR es hasta que la muerte nos separe
». Todo otro intento de inserción internacional
que no tenga como plataforma la
integración latinoamericana condicionará
aún más nuestra capacidad de desarrollar
el programa popular y generar una fuerte
oposición social y política, antiimperialista.
La inserción regional necesita de un país
productivo que no dependa exclusivamente
del valor que en el mercado internacional tiene
nuestras materias primas. La incorporación
de valor agregado a la producción nacional
debe ser una meta del quinquenio.
El Estado debe participar activamente en
este proceso y se irá transformando en su
gestión con la incorporación de trabajadores
y usuarios tal como se expresa en nuestro
programa y como se está llevando a cabo
en varios ministerios (MGAP, MIDES, MSP).
Son experiencias que necesitan ser extendidas
y profundizadas.
No debe existir el temor a la democracia en
tanto transferencia de poder concreto a los
integrantes del pueblo trabajador. En todo
caso hay que problematizarla para ver cuáles
son los mecanismos para lograr la mayor
participación. La reciente elección de los representantes
docentes en los organismos de
dirección de la enseñanza, -en el marco de
una Ley de Educación que no compartimos-
, es demostrativa por un lado del apoyo del
cuerpo docente a las opciones sindicales
frente a las listas de la derecha que no
dudaron en invertir dinero en la publicidad
televisiva. Pero al mismo tiempo, la enorme
cantidad de votos en blancos (20%)
nos alerta nuevamente sobre el problema
de la participación.
Los procesos de cambio que no se profundizan
son derrotados en el corto o mediano
plazo y para ello es necesaria la participación
organizada del pueblo. Los representantes
de las clases dominantes comprenden
claramente esta afirmación. No
es extraño, por consiguiente, que en las
negociaciones actuales busquen frenar, deformar
o hacer retroceder postulados
esenciales de nuestro programa. Ellos que
durante 175 años estuvieron el control
total del aparato del Estado, -salvo en el
primer gobierno de Sanguinetti en donde
hubo representantes del FA en algunos
entes-, ahora reclaman por la participación.
Hay que recordar que su actitud ha sido, y
lo es en los lugares que controlan, de completa
marginación de la izquierda.
Sus intenciones se ven claramente en la
conformación del Tribunal de Cuenta y la
Corte Electoral, donde se han negado
sistemáticamente a respetar la voluntad
del electorado como lo estipula la Constitución.
Son consecuentes con su posición
de clase y los objetivos que de ella emanan.
Son los mismos que representan los
intereses de los empresarios que atacan
los derechos y condiciones de vida de los
trabajadores de Conchillas o en Paycueros,
por ejemplo.
No hay que engañarse: al ganar el FA nuevamente
el gobierno el proceso de lucha
de clases continuará agudizándose y el
enemigo tratará de recuperar terreno en
los lugares que se lo permitamos por acción
o por omisión.
Parte de esta batalla se va a dar en la elección
de mayo. Nuestro objetivo debe ser
obtener la mayoría de las intendencias del
país, confirmando a nivel local el respaldo
obtenido en el ámbito nacional. La obtención
de por lo menos 10 Intendencias
permitirá avanzar en democracia con
protagonismo popular a la vez que potenciar
instrumentos como el Congreso de
Intendentes o el de Ediles. Lamentablemente
en las elecciones municipales no
logramos presentarnos con candidatos
únicos en la mayoría de los lugares, aunque
todavía podemos hacerlo a nivel de
las alcaldías. La interpretación que la Corte
Electoral realiza de la Ley permitirá el
voto por sublemas dentro del Lema, lo que
puede tentar a algunos compañeros a la
dispersión de candidaturas. Por concepción
seguimos defendiendo que a un único
programa, le corresponde una única
candidatura. Tenemos posibilidades, en el
marco de la discusión franca, de llegar a
un acuerdo consensuado para presentar
a los mejores hombres y mujeres por cada
lugar. No dejemos nuevamente que el árbol
nos impida ver el bosque.
Lograr la mayor
participación posible

viernes, 5 de marzo de 2010

Comienzo auspicioso, de gran compromiso popular (5 de Marzo 2010)



«Si vos no cambiás, nada cambia
aunque tu presidente sea Fidel»
Agarrate Catalina
El lunes 1º de marzo se vivió una
fiesta merecida de pueblo. Miles de
uruguayos acompañaron en la calle
-y decenas de miles la siguieron por
televisión- la asunción del compañero
José Mujica como Presidente de
la República. El festejo nos enorgullece
por el clima en que se dio el
cambio de gobierno; es muy difícil
ver en otros países que el mandatario
saliente y el entrante estén a cielo
abierto, caminando entre la gente
y siendo aplaudidos por igual.
Los discursos pronunciados por Mujica ese
día –y el siguiente- fueron rápidamente analizados
por la derecha, para tratar de remarcar
en ellos a un estadista que pareciera
que surgió de la nada. Quien conozca un
poco la historia del compañero presidente
no puede creer que sus discursos son vacíos
de contenido. Se puede discrepar con
ellos –en partes sustanciales, incluso desde
la izquierda- tanto en la forma como en
el contenido. No obstante, es innegable que
existe sustancia en sus palabras, independiente
del carisma que las sustenta con la
mayor fuerza.
No es el momento, a unos días de asumir,
de puntualizar las discrepancias que generan
algunas partes del discurso de asunción.
Igualmente debemos señalar que nos llamaron
la atención algunas de las ausencias
nada menores, como la «verdad y justicia»
(más aún en la cercanía de la resolución
sobre Bordaberry) o la falta de mención expresa
del programa del Frente Amplio como
eje del futuro gobierno.
Nos vamos a detener en aquellas afirmaciones
que hacen al rumbo general del gobierno
y a nuestra interpretación de algunas
de ellas.
En el plano internacional existe una clara reivindicación
de la unidad latinoamericana y
la presencia de varios de los presidentes que
representan el giro político del continente son
una señal que favorece sin duda un proceso
de integración regional que compartimos.
A ello se suma un relacionamiento personal
con algunos de los dirigentes que encabezan
estos procesos avanzados que no es de
despreciar al momento de buscar salidas en
común.
Varios analistas hicieron hincapié en las aseveraciones
económicas. Cualquier observador
informado se daba cuenta, más aun
después de la conformación del equipo económico,
que los equilibrios
macroeconómicos se iban a mantener. Es
lo que se afirma con ser «ortodoxos en la
macroeconomía». En ese sentido no es necesario
recordar nuestra discrepancia con
esta aseveración a secas que implica, en su
aplicación, la reducción o estancamiento del
gasto público. Lo interesante es que la misma
se relativiza con ser «heterodoxos,
innovadores y atrevidos, en otros aspectos».
Si bien la primera afirmación resulta «provocativa
», hay una clara intención de que el
Estado tenga un papel activo. En ese sentido
está claro que apostaremos en todos
los niveles en que participamos a que el papel
productivo del Estado se profundice. «Durante
la crisis, para rescatar lo que quedaba
en pie, se rompieron dogmas que parecían
sagrados, se decretó la muerte de los
paradigmas vigentes y se volvió a la política,
como a un refugio de esperanza. Hoy ante
los desafíos no previsibles de la realidad, casi
todos pensamos que ningún camino puede
descartarse a priori. Ninguna experiencia desconocerse,
ninguna fórmula archivarse para
siempre. Sólo el dogmatismo quedó sepultado
». Tal manera de decir las cosas la interpretamos
como una reafirmación del accionar
político por sobre la economía y por lo
tanto de un gobierno que no debe dudar
en aplicar medidas anticíclicas si son necesarias.
En cuanto al Estado todos compartimos
que debe transformarse. Las discrepancias
aparecen en el momento concreto en que
se plantean los caminos para tal transformación.
En relación a las empresas públicas
lo que va estar en discusión no es el
modo «de propiedad social» sino la «gestión
de la cosa pública» y «sus resultados».
Ello es compartible si el cambio de gestión
promueve una mayor participación de trabajadores
y usuarios como está impreso
en el programa del Frente Amplio. Suscribimos
que «esta reforma no va ser en contra
de los funcionarios sino con los funcionarios.
». Lo hacemos porque implica generar
espacios concretos de participación,
que permitan a los trabajadores hacer suyos
los cambios a llevar adelante, en tanto
participan, proponen y resuelven.
Asumimos este segundo gobierno con la
responsabilidad de generar un conjunto de
acciones a mediano y largo alcance, que
son cuestiones estratégicas que se han
dado en llamar «políticas de Estado». Una
formulación por la cual existen políticas
que trascienden al gobernante concreto
porque van más allá de su período de gestión
pero determinan a futuro la estructura
socioeconómica del país. Como tales
estas políticas estratégicas no pueden ser
vistas al margen de la lucha de clases, entendida
como tal desde los intereses inherentes
que permanecen en juego y de las
consecuencias concretas que van a tener
en la distribución de la riqueza. Las clases
dominantes comprenden plenamente esto
y van a tratar de que las mismas sirvan a
sus propios intereses.
Entonces, compartiendo los triunfos alcanzados
y las expectativas de las mayorías
populares, sin duda hay que ser audaces
para no retroceder; apoyarse en los trabajadores
y el pueblo organizados, fortalecer
la estructura del Frente Amplio, intensificando
la participación desde los comités
de base. Y hacerlo con el entrañable compromiso
de que nuestro gobierno no quede
solo. Asimismo, la participación activa
de miles que respalden e impulsen el programa
del Frente Amplio desde el gobierno,
necesita, desde la gestión, espacios
concretos de participación para que la misma
no sea sólo formal.
Comienza un período plagado de contradicciones
pues avance significa resistencia
popular y contraofensiva de las clases
dominantes.
Al decir de nuestro novel Presidente, es el
camino del «purgatorio». Y siguiendo ese decir,
hay que transitar con un Virgilio que es el
programa del FA, para ir acercándonos cada
vez más a traer el «cielo» a la tierra.
NR: Todos los entrecomillados pertenecen a
los discursos de José Mujica el día de su asunción
como Presidente de la República.