domingo, 1 de agosto de 2010
Sobre la “Reforma del Estado” (29 de Julio 2010)
En los últimos tiempos parece que se ha vuelto común encontrar y resaltar las diferencias que los comunistas tienen con el gobierno del FA. Se busca enfrentarnos con la fuerza política y con nuestro gobierno en temas como la política económica y ahora la reforma del Estado. Algunos muestran públicamente sus preocupaciones sobre el papel que tienen los comunistas en el país y tratan de aislarnos. Un observador informado podría rápidamente recordar que las posturas que aparecen como “novedosas” han sido parte de nuestro discurso y práctica desde hace tiempo. En tal sentido fueron resueltas por nuestros organismos de dirección y llevadas a la discusión en los comités de base, departamentales, mesa política y congresos del FA. El conjunto de preguntas que le hicimos al Ministro de Economía son coherentes con nuestras críticas a los lineamientos generales llevados a cabo en la anterior administración y nuestra postura sobre la llamada “Reforma del Estado” son parte de una concepción teórica y de un objetivo estratégico. Recapitulemos. La “Reforma del Estado” fue puesta arriba de la mesa ya desde el anterior gobierno y lo que hace el compañero presidente Mujica es volver a darle un impulso. Lo que ha aparecido en la prensa es un esbozo para la discusión y no un proyecto cerrado. En tal sentido estamos dispuestos a aportar ideas para mejorarlo. En primer lugar creemos que no se debe insistir en hablar de una reforma que retoca algunos aspectos pero deja en pie la concepción, sino de una transformación democrática del Estado, que debe ser un cambio profundo de la estructura y su funcionamiento en el sentido de ampliar la democracia con la participación directa del pueblo. Analizamos la transformación de las formas y contenido del Estado desde nuestra concepción materialista-dialéctica e histórica. El Estado es, en general, una herramienta de dominación de clase, de una minoría sobre una mayoría. Nuestro Estado expresa esa característica, construido y desarrollado históricamente por el bloque de poder para la dominación de la mayoría del pueblo (clase obrera, trabajadores en general, pequeños y medianos productores, comerciantes e industriales, estudiantes, jubilados, etc.). No es casualidad que los llamados partidos tradicionales orienten sus baterías a que la “Reforma del Estado” esté enfocada sobre el número y carácter de los funcionarios públicos o sobre la eficiencia de la gestión. Estos temas, que sin dejar de ser importantes son la punta de un iceberg que de dedicarnos exclusivamente a ellos dejaría intocados los principales resortes aún controlados por el bloque de poder (económicos, sociales, culturales, propagandísticos, etc.) Incluso, mantiene la adhesión de sectores dirigentes dentro de la estructura estatal, que responden a sus intereses. Tener el gobierno no implica tener el poder. La cuestión del poder, supone superar el control formal del aparato del Estado, por su control real, cortando los vínculos con el bloque de poder. Estos elementos que no rigen solo nuestro análisis sino que también esta expresado de diferentes formas en los distintos congresos del FA. El IV Congreso “Héctor Rodríguez” “La reforma del Estado deberá estar asociada directamente a un avance general de la democracia, gobernando con la gente, no sólo convocándola para crear consenso sino abriendo las puertas a las tareas de control y toma de decisiones.(...) La profundización de la democracia tiene como eje fundamental la participación de la ciudadanía y en particular de los trabajadores y usuarios. Este protagonismo constituye un derecho y una necesidad social para aumentar la calidad y el impacto de las políticas que se implementen. (...)La descentralización debe ser motor de la ejecución de las políticas promoviendo la transferencia de poder a los actores locales. Es una alternativa para favorecer el desarrollo equilibrado y sustentable, conjugando políticas de ordenamiento territorial y desarrollo en una perspectiva estratégica.(...) Debemos transformar al Estado en una poderosa palanca del desarrollo nacional, a la vez que creador de las condiciones para que éste beneficie al conjunto de la sociedad. El Estado contribuirá a resolver las cada vez más grandes desigualdades sociales existentes en el país y tendrá una presencia activa y directa en las áreas estratégicas de la economía, desarrollando firmemente su función de articulación y su rol regulador”. Conquistamos la administración del gobierno por segunda vez, pero hay que ir apropiándose del control total del aparato del Estado. En ese camino se hace imprescindible dar la batalla contra el ocultamiento de información, la pasividad, el sabotaje, la desidia y la corrupción. Estos componentes que son reflejos de la ideología dominante y del accionar concreto del enemigo necesitan ser aislados y reducidos. Esto no implica simplificar el análisis y centrar en críticas indiscriminadas a la burocracia, como a veces lamentablemente se hace. Es imprescindible trabajar con los propios trabajadores estatales para romper las trabas y el acostumbramiento, para desburocratizar. Lo cual incluye la participación de trabajadores y usuarios en la dirección de Entes y empresas públicas. La descentralización política con participación social tiene que ser un eje fundamental de la participación. La capacidad de decisión del pueblo es un instrumento esencial para el proyecto transformador. La construcción de un nuevo modelo de Estado necesita que el pueblo vaya haciendo experiencia en la gestión, construya y se apropie de espacios desde donde se ejerza el gobierno, donde se defiendan, impulsen y profundicen los cambios. Ese objetivo no se resuelve cambiando sólo algunos aspectos sino que el cambio debe ser global. El año 2011 deberá estar enmarcado en la discusión y convocatoria a Asamblea Nacional Constituyente que reforme la Constitución en su conjunto. Nada de lo expuesto es nuevo para nuestros compañeros frenteamplistas; surge de nuestra concepción del mundo y nuestra lucha cotidiana para avanzar en democracia hacia la democracia avanzada vía particular al socialismo.
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